1. ¿Un sueño hecho realidad? (7)


    Fecha: 03/09/2024, Categorías: Sexo con Maduras Autor: DiosaNix, Fuente: TodoRelatos

    ... sol. Markus le dio un repaso discreto, pero intenso: él quedó satisfecho y ella relajada. Por primera vez en su vida, Oli mostró con orgullo su anatomía, especialmente esas tetas que se mantenían en su sitio a pesar del volumen, el parto y la edad.
    
    Mientras su nuevo e inesperado amigo alemán terminaba de colocar su toalla, Antonio y Oli se adelantaron a probar el agua. Aunque estaba templada, ella dio en respingo en cuanto alcanzó sus muslos. Antonio lo notó y empezó a salpicarla para hacerla reír. Se abrazaron.
    
    —¿Ha sido tan difícil como esperabas?
    
    —¡No! —Volvió a reír y le dio un pico—. Me gusta y me siento bien.
    
    —Eso es lo importante. No va a pasar nada que tú no quieras. Si algo te hace sentir incómoda, dilo. Markus lo entenderá. Es joven, pero no es ningún loco.
    
    —Ya se le ve. Tiene la cabeza en su sitio. Como tú.
    
    —Eso es porque los dos somos bastante alemanes. —Soltó una carcajada—. Pero aquí tú eres la que manda y quien no entienda eso, está fuera del trío.
    
    Oli solo le dio un beso largo y lujurioso como respuesta. Entre la brisa y el agua, sus pezones se pusieron duros y Antonio los percibió espléndidos contra su pecho, lo cual hizo cosquillear su ariete. Aún no habían terminado el morreo cuando Oli percibió caricias en la espalda.
    
    —Vestida eres muy guapa, pero desnuda eres un espectáculo —susurró Markus a su oído con su español pronunciado a la alemana.
    
    Ella solo rio, girándose para mirarlo. Él le acarició el pelo y le dijo:
    
    —Me encantan tus ojos. Llevo desde que te conocí intentando averiguar de qué color son.
    
    —No lo sé —respondió ella—. Cambian según la luz. Pueden ser marrones o verdes. Pueden ser del color que tú quieras.
    
    Markus buscó su boca a cámara lenta y le plantó un beso. Tímido al principio, enseguida intenso y húmedo que Oli no rechazó. Era distinto a los de Antonio pero igualmente apetecible. Además, las pecas del rubio le resultaban sexys.
    
    —Besas bien, rubito.
    
    —Y tú sabes dulce como la fruta en su punto.
    
    Se introdujeron más profundamente en el agua de la mano: Oli en medio, escoltada por sus dos acompañantes. La soledad y la lejanía de otros bañistas creaban una atmósfera de tranquilidad. Jugaron con el agua como chiquillos, se persiguieron, se salpicaron, se tiraron en plancha. La enfermera madura que había tenido una vida previsible y aburrida, se sentía libre por primera vez en su vida. Libre de la ropa, pero también de la estrechez mental y de la Oliva joven que creía que debía hacer cosas que no le gustaban. La nueva Oli era más ella misma que nunca. Aprovechando que Markus estaba nadando un poco más lejos, Oli rodeó el cuello de Antonio, lo morreó con todas sus ganas y le susurró al oído:
    
    —Eres fantástico. Me encanta que me dejes ser como soy. Ya no quiero ser como creía que era.
    
    —No soy celoso, nunca lo he sido. Pero tampoco me había enamorado nunca como lo estoy de ti. No necesito ponerte una marca ni amarrarte para que me quieras. Si eso pasa algún día, ya no ...
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