1. Cumplo la fantasía de mi madre


    Fecha: 25/09/2019, Categorías: Incesto Autor: VictoriaSG, Fuente: TodoRelatos

    ... ofrecía, por mucho que supiera que estaba mal. No sabía dónde colocar las manos, pero ella no tardó en guiarlas hacia sus suaves y turgentes nalgas. Notaba el peso de sus senos sobre mi todavía cubierto pecho, estaba muy excitado.
    
    Sin dejar de besarme, mi madre comenzó a bajar la cremallera de mi pantalón, hasta encontrarse con mi erecta verga. La acarició de forma superficial hasta meter la mano bajo el calzoncillo. El contacto de su piel cálida en mi miembro me hizo suspirar. Ella lo interpretó como una señal para comenzar a darme placer.
    
    Se tumbó a mi lado y continuó bombeando mientras me invitaba a jugar con sus tetas. Las sostuve entre mis manos y las amasé, tenían un tacto increíble. Tanto, que no pude evitar llevármelas a la boca, degustar sus duros pezones. Aquello intensificó la estimulación manual que mi madre me estaba regalando.
    
    Mi timidez ya había quedado atrás y solo pensaba en traspasar su última frontera, la de su tanga. Llevé mi mano hasta su entrepierna para un primer contacto por encima de la prenda. Ella se estremeció y abrió las piernas para permitir que le devolviera el placer que me estaba dando. Mis dedos inquietos recorrieron la zona, exploraron el territorio antes de conocerlo en profundidad.
    
    Ya sobre el tanga se notaba lo mojada que estaba. Impaciente por sentir mis dedos dentro de ella, mi madre se deshizo de ese último obstáculo y abrió todavía más las piernas. Tras palpar su coño, totalmente desprovisto de pelo, mis dedos se introdujeron en su vagina. Estaba húmeda y muy caliente, era una sensación indescriptible.
    
    Masturbé a mi madre mientras ella me seguía pajeando a mí, cada vez más rápido. Mis dedos se deslizaban en el interior de su rajita gracias a sus abundantes fluidos. Yo jadeaba con cada movimiento y ella comenzó a gemir, cada vez más alto. Puede que yo no fuese la persona más indicada, pero sí que era el que mejor sabía cuánto merecía ser tratada con amor.
    
    - Si sigues haciéndolo así de bien me voy a correr.
    
    - Yo también estoy a punto.
    
    - Pues redondea el día cumpliendo mi fantasía.
    
    - Quieres que...
    
    - Quiero que me hagas el amor, hijo.
    
    Continuará... 
«12345»