Cumplo la fantasía de mi madre - Relatos Eróticos

Cumplo la fantasía de mi madre

... nada, que no es poco, no era muy partidario de darme dinero. Así que para poder pagar esa cena tuve que vender algunos de mis propios regalos de cumpleaños. Artículos de coleccionista que habían costado un dineral y que tuve que vender a un precio irrisorio porque no me quedaba tiempo para andar buscando compradores.

Con lo que obtuve pude reservar en un restaurante de primerísimo nivel. Lo hice todo en secreto, con la intención de sorprenderla el mismo día de su cumpleaños. Desde por lamañana actué con total normalidad. La felicité, le entregué un perfume que le había comprado y comimos juntos, como casi siempre. Tenía intención de esperar hasta el último momento, pero no aguantaba más su cara de tristeza.

- Mami, espero que para esta noche no tengas planes.

- Muy gracioso, Leo.

- Lo digo totalmente en serio.

- ¿Quieres que te prepare alguna cena especial?

- No, quiero que me concedas el honor de salir a cenar conmigo.

- Cariño, no tengo ánimo para pizzerías.

- Te voy a invitar al mejor restaurante de la ciudad.

- Espera, ¿lo estás diciendo en serio?

- Por supuesto. Tenemos reserva para las nueve.

Por primera vez en mucho tiempo, vi la emoción reflejada en el rostro de mi madre. Quizás no era lo que siempre había soñado, pero por fin alguien pensaba en ella y se tomaba la molestia de sorprenderla en un día tan especial. Nada más terminar de comer, salió en busca de una peluquería abierta e inició lo que serían horas arreglánsose para nuestra cena.

Me costaba comprender que necesitara tanto tiempo para algo que yo hice en un cuarto de hora, pero mereció la pena. Mi madre estaba radiante, espectacular, nunca la había visto con un vestido tan corto, potenciando tanto su bonito cuerpo. Iba sexy a la par que elegante, no era descabellado que alguien pudiera pensar que éramos pareja.

Pedimos un taxi y salimos con tiempo hacia el restaurante. Era un lugar muy distinguido y con un ambiente que invitaba al romanticismo. El típico lugar al que me hubiera gustado llevar a mi novia de haberla tenido... y si me hubiese quedado algo por vender. Estaba lleno de parejas entre las que no desentonábamos. Mi madre estaba realmente feliz.

- Pero hijo, todo esto es muy caro.

- Tú no te preocupes por eso.

- Podemos pagarlo con mi tarjeta, tu padre ni se enteraría.

- No, hoy quiero invitarte yo.

- ¿De dónde has sacado el dinero?

- Eso da igual, lo importante es que hoy es tu día.

No cenamos demasiado, pero sí que probamos cosas muy ricas. Esa noche me sirvió para conocer mucho más a mi madre. Además de descubrir sus ocultos atributos físicos, me contó detalles de su infancia que desconocía. Historias muy duras, que me hacían sentir más impotente al pensar en su matrimonio de mierda. Todo el mundo merece sentir amor, vivir con ilusión, sobre todo alguien que lo había pasado tan mal.

Después de cenar decidimos hacer algo más sencillo, como éramos nosotros. Fuimos hasta una heladería y volvimos caminando a ...