Cumplo la fantasía de mi madre - Relatos Eróticos

Cumplo la fantasía de mi madre

... hasta ese momento habían pasado por alto para mí. Fui testigo de cómo mi padre trataba a mi madre con total desprecio, sin necesidad de alzarle la voz o utilizar malas palabras. Ciertas miradas, o simplemente ignorarla, eran todavía más dolorosas.

- Carmen, este fin de semana voy con mis socios a jugar a golf.

- ¿Todo el fin de semana?

- Sí, ¿algún problema?

- Bueno, es que elsábado es mi...

- Quiero que me tengas todos los pantalones planchados.

Mi padre no sabía que esesábado mi madre cumplía treinta y ocho años, aunque tampoco le importaba. Me parecía increíble que él, que ya pasaba de los sesenta, ignorara de esa manera a una mujer todavía joven y atractiva. Era probable que tuviese amantes, eso explicaría sus constantes ausencias, o simplemente ya había perdido el apetito sexual.

Si él no le daba el cumpleaños que se merecía, intentaría dárselo yo. Fue entonces cuando me di cuenta de que, en realidad, ninguno le había prestado la atención que merecía. Mi madre se había desvivido por nosotros y yo ni siquiera sabía qué regalo podría hacerle ilusión en una fecha tan especial. Tendría que investigar para tratar de hacerla feliz, al menos ese día.

Comprarle un regalo que le sorprendiera era casi una tarea imposible. Si en algo no le ponía pegas mi padre era en lo económico, permitiendo que ella se comprara siempre lo que le apetecía. Mi madre no solía derrochar, pero tampoco dejaba escapar la oportunidad de darse de vez en cuando un capricho.

Me planteé la posibilidad de organizarle algo que pudiera hacerle ilusión. Pero mi padre no iba a estar y mi hermano me dijo que estaba ocupado y no podría venir. Pensé en organizar una fiesta con sus amigas, pero luego caí en que no tenía. Al menos no del tipo que sueles invitar a tu cumpleaños. Solo me quedaba preguntarle directamente.

- Qué mal que papá no pueda estar en tu cumpleaños, ¿no?

- Para ver sus malas caras casi que prefiero que no esté.

- ¿Hay algo que te haga ilusión para ese día?

- Quería pasarlo contigo y con tu hermano, pero no puede ser.

- ¿Ese sería tu plan perfecto?

- Lo que siempre he soñado es que tu padre me lleve a cenar a un sitio elegante.

- No es mucho pedir.

- Y que me hable bien, me demuestre cariño por una vez en su vida.

- Sabes que él ya es un caso perdido.

- Sí, pero me gustaría sentirme querida y valorada.

- Es lo mínimo que te mereces.

- Hay mujeres de mi edad que siguen solteras por voluntad propia.

- ¿Te arrepientes de haberte casado con él?

- No, pero todavía soy joven y ya llevo más de veinte años aquí encerrada.

Era posible que la cena que quería mi madre en realidad fuese un intento desesperado por recuperar una relación que en realidad nunca tuvo. De ser así, de nada serviría que yo la invitara a cenar y la tratara con el amor que se merecía, pero debía intentarlo.

Mi padre estaba forrado, pero no era precisamente generoso conmigo. Más allá de mantenerme y asegurarse de que no me faltara ...