1. Cumplo la fantasía de mi madre


    Fecha: 25/09/2019, Categorías: Incesto Autor: VictoriaSG, Fuente: TodoRelatos

    Amar y ser amados es lo que muchos perseguimos durante toda nuestra vida. Algunos lo consiguen y otros perecen en el intento. Yo lo logré siendo todavía muy joven, aunque quizás no de la forma más adecuada. Aunque como mi madre decía, no existe una manera correcta de querer, el amor siempre es válido si sale de un corazón con el objetivo de mejorar otro.
    
    Las frases de mi madre siempre fueron una referencia para mí. Quizás no fuese la mujer más sabia, pero era una maestra de la vida, porque desde bien joven había tenido que luchar para salir adelante. Sus padres murieron siendo todavía una niña y nadie quiso hacerse cargo de ella. Fue de una casa de acogida a otra hasta que encontró trabajo con quince años y se escapó de allí.
    
    Mintió sobre su edad para trabajar en un estanco de una buena zona. Sus jefes eran gente rica, pero prefirieron no hacerle contrato para ahorrarse dinero, aprovechando que era imposible que tuviese los años que decía tener. Las dos partes salían beneficiadas. El salario le daba para alquilar un piso cutre lejos de aquel barrio.
    
    Vendiendo cajetillas de tabaco fue como conoció a mi padre. Un hombre bastante mayor que ella que se valió de su poder para seducirla, sin importarle que fuese menor de edad. Lo primero que hizo fue obligarla a dejar el trabajo y la encerró en una especie de jaula de oro. A partir de ese momento, mi madre no tenía más función que servir a su marido y parir hijos.
    
    Tenía diecisiete años cuando nació mi hermano. Veinte meses después llegué yo al mundo. Mi padre, que ya tenía tres hijas de un matrimonio anterior, quería más, pero mi madre se plantó. Probablemente fue la única decisión que le dejó tomar. Aunque suene extraño, ella siempre estuvo enamorada de él y él también la quería a ella, pero a su manera.
    
    Pese a todo, mi madre nunca perdió la sonrisa, hasta que su hijo mayor se fue de casa. Mi hermano había optado por la vía fácil. Estudiar lo que quería mi padre para acabar enchufado en su empresa con un sueldazo en cuento terminara la carrera. Cuando se vio con tanto dinero, lo primero que hizo fue largarse con su novia de aquel momento. Nunca lo reconoció abiertamente, ni era necesario, pero lo que quería era libertad para follar.
    
    Aunque yo era el ojito derecho de nuestra madre, la marcha de mi hermano la dejó muy tocada. Me tuve que volcar todavía más en ella, procurando que no pensara en eso y que hiciera cosas, sobre todo algunas que le obligaran a salir de casa, donde siempre estaba encerrada. Aquello nos unió todavía más.
    
    Me gustaría colgarme medallas al buen hijo y decir que sacrifiqué mi vida social por ella, pero no sería cierto. A los diecinueve años yo apenas tenía amigos y mucho menos chicas con las que salir. Todo se debía a una mezcla de timidez y empeño en centrarme en los estudios para demostrar que yo no necesitaba limosna de mi padre. Estaba estudiando historia del arte.
    
    Estar más pendiente de mi madre me sirvió para vivir pequeñas escenas cotidianas que ...
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