1. Cumplo la fantasía de mi madre


    Fecha: 25/09/2019, Categorías: Incesto Autor: VictoriaSG, Fuente: TodoRelatos

    ... casa. Charlábamos distraídos, degustando nuestros helados, cuando mi madre me cogió la mano. En condiciones normales la hubiera apartado muerto de vergüenza, pero esa noche no podía negarle nada. Y tampoco quería.
    
    Me sentí muy a gusto caminando cogido a ella, viéndola feliz e ilusionada. Anduvimos casi una hora, pero pasó volando, incluso para ella que iba en tacones. ¿Cómo era posible que nunca me hubiese fijado en lo preciosa que era? Nunca entendí cuando algún compañero me decía que tenía mucha suerte con la madre buenorra que me había tocado, pero esa noche lo comprendí.
    
    Nada más llegar a casa, justo después de quitarse los tacones, mi madre me dio un abrazo muy fuerte. Después me llenó la cara de besos e incluso me dio uno en los labios que a mí me dejó cortado pero a ella le hizo gracia. Me quedé bastante impactado, pero para bien. Nunca me habían dado un beso que me supiera tan dulce.
    
    - ¿Te lo has pasado bien?
    
    - Sí, cariño, ha sido una noche increíble.
    
    - ¿Ha sido tal y como lo deseabas?
    
    - Bueno, mi deseo, o más bien fantasía, era hacer el amor con tu padre al llegar.
    
    - Vaya...
    
    - Ya, sé que no esperabas esa respuesta.
    
    - No, pero lo entiendo.
    
    - Lleva tres años sin tocarme, ya no sé qué pensar.
    
    - ¿Crees que tiene una amante?
    
    - A veces pienso que ojalá sea eso.
    
    - ¿Por qué?
    
    - Porque es más duro pensar que simplemente ya no le resulto atractiva.
    
    - Eso es imposible, si eres un espectáculo de mujer.
    
    - Lo dices para animarme.
    
    - En absoluto. Eres guapísima y tienes un cuerpo perfecto.
    
    - Pero ya voy camino de los cuarenta.
    
    - Ya quisieran la mayoría de veinte tener tu figura.
    
    - Me lo estás diciendo en serio, ¿verdad?
    
    - Yo nunca te mentiría.
    
    Sin mediar más palabra, mi madre se bajó ambos tirantes del vestido y dejó que cayera hasta el suelo. No llevaba sujetador, lo único que la cubría era un pequeño tanga negro. No pude apartar la mirada. Sabía que sus pechos tenían un buen tamaño, pero no podía imaginar que siguiesen tan firmes, ni que sus pezones fuesen tan pequeños y oscuros. Su vientre estaba plano y sus muslos torneados a la perfección.
    
    - Leo, ¿crees que mis pechos son bonitos?
    
    - Sí, mamá, son muy hermosos.
    
    - Y el culo, ¿crees que lo tengo caído? - Preguntó mientras se daba la vuelta.
    
    - No, está justo en su sitio.
    
    - Si tuviera tu edad, ¿te acostarías conmigo?
    
    - Lo haría incluso teniendo la tuya.
    
    - ¿Qué has sentido cuando nuestros labios se han juntado?
    
    - Me he excitado.
    
    - Hijo, ¿me deseas?
    
    - Claro, mamá, tendría que estar ciego para no hacerlo.
    
    Mi madre volvió a agarrarme la mano, pero, en esa ocasión, para guiarme hasta su habitación. Yo no pude más que seguirla. Una vez allí, me empujó para que cayera en su cama y se abalanzó sobre mí. Comenzó a besarme el cuello y fue ascendiendo hasta llegar a mi boca. Nuestros labios volvieron a unirse hasta que se abrieron para dar paso a las lenguas.
    
    No era capaz de rechazar nada de lo que mi madre me ...