1. Líos familiares - Capítulo 5


    Fecha: 26/08/2024, Categorías: Incesto Autor: Sylke and Friends, Fuente: TodoRelatos

    CAPÍTULO 5 – CASTIGO O RECOMPENSA
    
    Cumplir los dieciocho puede tener sus ventajas, no digo que no, pero para mí todo pasó demasiado rápido, desde que descubrí el balcón en el que espiar a mi hermana, luego ver a mi madre masturbarse, que Celia me dejara tocarla y chuparla, descubrir el cuerpo desnudo de una mujer por primera vez, sentirlo tan de cerca en exclusiva para mí, que ellas me tocasen y todo eso provocaba en mí, tal confusión que cuando Miguel me dijo que mi compañera Lucía había traído unas bragas pequeñas y que estaban a mi alcance no pude evitar oler ese aroma, pillándome de lleno mi entrenador en plena faena y la propia Lucia. Ahora, contándoselo a mi madre, ella quiso tomarlo con normalidad y quería que yo me masturbase con sus propias braguitas usadas y así saciar mi curiosidad y la carga de mis huevos, pero incapaz de hacerlo delante de ella.
    
    La presencia de mi madre delante de mí, con esa pequeña toalla era excitante, pero claro también resultaba violento hacer eso delante de ella y comencé a tocarme sintiendo la dureza, pero incapaz de hacerlo con decisión, tan solo acariciaba mi capullo.
    
    - ¿Qué pasa? - me dijo.
    
    - Es que mamá, es un corte, estoy aquí en pelotas... tú ahí...
    
    - Vale, no te preocupes. Te ayudo con eso.
    
    En ese momento, mamá se despojó de la toalla, dejándola caer al suelo y mostrándome su cuerpo desnudo. Casi me desmayo y de forma instintiva empecé a masturbarme ante ese cuerpo que veía desde tan cerca, sus tetas rotundas, sus pezones duros, su cintura, su coño rasurado. Era increíble: ¡Mamá desnuda frente a mí para que yo me masturbara viéndola!
    
    - Mejor así, ¿verdad? venga, cielo, huele mis braguitas y sigue... eso te ayudará, ahora estamos desnudos los dos.
    
    No podía creer lo que me estaba sucediendo, ni cómo empezó todo, las braguitas de Lucía y que yo creía que me iban a traer problemas en casa, ahora me tenían ahí, desnudo, en la habitación de mis padres, frente al monumental cuerpo despelotado de mamá, al que yo admiraba por cada centímetro de su piel, desde su hermoso rostro, pasando por esas grandiosas tetas, que algo caídas, seguían estando bastante erguidas, por no hablar de su rasurado coño, de labios grandes y entre unos muslos que ella mantenía ligeramente abiertos para que yo me perdiese ninguno de esos detalles. Le hice caso y seguí cascándomela al tiempo que llevaba su tanga a mi nariz, pero era sobre todo su cuerpo desnudo el que me servía de inspiración, recorriendo con mis ojos cada curva, grabándolo en mi mente como a fuego. ¡Qué mujer tan impresionante!... Mi amigo Miguel tenía razón, desde que dejé de mirarla como madre, comprendí que tenía en casa a una diosa madurita, sueño de cualquiera de mis compañeros y ahora podía verlo de cerca y totalmente desnuda. Supongo que, si Miguel me viese en ese momento, comprendería que no podía hacer otra cosa que dejarme llevar, él tenía razón. Bueno, él no podría verlo y qué más quisiera que poder disfrutar como yo del cuerpo desnudo ...
«1234...11»