Las mujeres de mi familia (V) - Relatos Eróticos

Las mujeres de mi familia (V)

... en Italia, aunque nos visitaba muy a menudo con decenas de regalos para los peques.

Tampoco fue sencillo poner a Uxue al día con los estudios, pero una vez que lo consiguió no paró hasta convertirse en una profesora maravillosa. La más querida del colegio del pueblo, ese en el que estudié. Yo decidí seguir el camino de mi padre, pero por la vía democrática. Conseguí ser el alcalde, votado con mayoría absoluta. Así es como intentaba mejorar la vida de todas esas personas que tanto me ayudaron.

Ser el alcalde me proporcionaba ciertos privilegios que no dudé en utilizar para resolver algunos misterios. Pude saber que uno de los niños que la abuela abandonó se convirtió en el médico del pueblo. O que el hijo que mi tía dejó con su padre también trabajaba en el colegio, sin saber que Uxue era su hermana.

A lo largo de esos diez años, solo tuve noticias de Idoia y de Olga. Mi tía bajaba al pueblo muy de vez en cuando y solía preguntar por nosotros, aunque jamás se atrevió a acercarse a nuestra casa. A mi hermana la seguían viendo a menudo, siempre con mi bicicleta, y pude saber que había tenido tres hijos, todos varones, todos abandonados en la iglesia. De Uma no volví a saber nada, aunque tenía una explicación. Antes de que Uxue abandonara la masía, su inseparable prima le confesó que sí que era lesbiana.

Pensaba que no volvería a tener contacto directo con ninguna de las cinco, pero no fue así. Una mañana como otra cualquiera, los cuatro salimos juntos de casa. Acompañé a mis mujercitas al colegio y después me dirigí a la guardería para dejar al peque, antes de ir al ayuntamiento a trabajar. Tras despedirme de mi hijo, vi a lo lejos una cara conocida, aunque con diez años más.

- Hola, abuela.

- Me alegra comprobar que estaba totalmente equivicada.

- ¿A qué te refieres?

- A que sí que hay hombres capaces de amar.

FIN