1. Mi jefe me convirtió en su esclava


    Fecha: 24/09/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: rominasumisa, Fuente: CuentoRelatos

    ... en todo el día. Así que venciendo mis escrúpulos me puse a cuatro patas y metí la cabeza en el plato de sobras de mi amo, devorando en pocos minutos el exiguo alimento que había en él.
    
    Pensé que todo terminaría ahí, pero ilusa de mi, las cosas no habían hecho más que comenzar.
    
    Nada más terminar la comida los dos hombres se pusieron de pie y se sacaron sus pollas que se encontraban en estado de reposo completamente flácidas, y mis compañeras que sin duda ya se sabían la rutina y lo que se esperaba de ellas rápidamente se arrodillaron a sus pies con las manos atrás de la espalda y sus bocas abierta de par en par todo lo que sus labios permitían.
    
    Realmente yo no estaba preparada para lo que iba a ver a continuación, casi sincronizados aquellos hombres empezaron a mear directamente en su bocas, orina que era rápidamente tragada por aquellas derrotadas y sometidas mujeres sin que una sola gota escapara de sus bocas.
    
    Mientras lo hacía, Álvaro que no apartaba la vista de mi interpretando mis emociones me decía.
    
    -¿Te parece asqueroso, puta? En muy poco tiempo te acostumbraras como ahora lo están estas perras e incluso esperarás con ansia los breves momentos en que tu Amo te obsequie con su valioso y delicioso néctar, ya lo verás. Ahora simplemente no estas lo suficientemente entrenada y domada, pero todo llegará a su tiempo.
    
    -Y ahora es un momento tan bueno como cualquiera para empezar. Teco ¿quieres hacerlos honores?
    
    En cuanto Teco se levantó de su silla y comenzó a desabrocharse la bragueta con movimientos lentos y calculados como si no estuviera convencido del todo de la idoneidad del momento. Adiviné lo que vendría a continuación y no supe estar a la altura de la situación.
    
    Comencé a gritar y a agitarme tratando de apartarme de su camino al borde de la histeria. No iba a permitir que me mearan en la boca y mucho menos a tragarme ese inmundo líquido, por muy Amo que fuera mío.
    
    Nuevamente Álvaro tomó el control de la situación y me cruzó la cara con sendos y duros bofetones que me callaron en seco, y acto seguido comenzó a sacarse el cinturón de cuero que sujetaba sus pantalones diciéndome.
    
    -Mira perra, no vas a poder evitar que hagamos lo que queramos contigo, es mejor que aceptes cuanto antes cual es tu condición.
    
    -Ahora no eres mas que una perra al servicio de tu señor y le perteneces por completo.
    
    -Te aseguro que antes o después te vas a beber su néctar, así que tu elijes, por las buenas o por las malas. Seguro que unos buenos correazos en el sitio indicado te harán entrar en razón.
    
    -Y ahora ¡abre la boca como una perra obediente!
    
    No me quedaba ninguna duda por el tono de sus palabras que si no obedecía de inmediato una lluvia de dolorosos correazos de inmediato surcarían mi desnudo e indefenso cuerpo y que efectivamente el resultado sería invariablemente el mismo, así que venciendo mi repulsa me arrodillé sumisamente delante de Teco, cerré los ojos con fuerza esperando lo inevitable y abrí la boca todo lo ...