1. Mi jefe me convirtió en su esclava


    Fecha: 24/09/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: rominasumisa, Fuente: CuentoRelatos

    ... condición.
    
    Una vez más, fue Alvar el que tomó la voz cantante y quien dijo que era el momento de comer que ya tenía mucho apetito.
    
    Fue entonces cuando descubrí que me sentía famélica, las emociones sentidas, los numerosos orgasmos y el frugal y casi inexistente desayuno compuesto de un zumo y un par de tostadas hizo que mi estómago se retorciera de placer anticipado.
    
    Pero duro muy poco, pues me di cuenta que las esclavas solo habían acercado tres sillas a la mesa y se mantenían cada una detrás de una de las sillas en actitud solicita y servil esperando a que se sentaran sus Amos.
    
    Naturalmente la silla vacante era para Teco y detrás de ella donde sin duda se esperaba que yo me situara, así que sin que nadie me lo ordenara relevante del suelo y sin prisas y con la máxima dignidad que me fue posible me dirigí a mi posición y una vez allí me mantuve quieta y con la mirada baja tal y como había visto hacer a mis, ya podía llamarlas así, compañeras.
    
    Mi actitud no pasó desapercibida para nadie de los asistentes y Roberto le dio una cariñosa palmada en el hombro de mi Amo, como felicitándole por lo bien adiestrada y predispuesta que se mostraba su nueva y recién esclava.
    
    La comida se desenvolvió sin más incidentes extraños, claro está si obviamos lo extraño que era que tres jóvenes y hermosas mujeres, desnudas y engrilletadas se limitaran a servir solícitamente y a quedar de pie y en ayunas mientras aquellos hombres deglutían completamente ajenos a ellas, ignorándonos como si no existiéramos o fuéramos meros objetos dedicados exclusivamente a su bienestar. Y se dedicaban a conversar amigablemente entre ellos.
    
    Finalmente cuando terminaron llegó nuestra recompensa, aunque ofrecida de una manera completamente nueva para mi.
    
    Cada uno deposito las pocas sobras de su comida en el plato, en el suelo a nuestros pies.
    
    Inmediatamente, Martirio y Juguete, adoptaron una postura a cuatro patas tales como si fueran perras y sin ayudarse las manos empezaron a devorar con ansia directamente con la boca metida en el plato aquellos insignificantes y casi inmundos restos de comida.
    
    Aquello me pareció demasiado humillante y degradante y no me decidía a imitarlas, pero fue entonces cuando de nuevo Álvaro se dirigió a mi y me dijo con desprecio y autoridad.
    
    -¿Le da asco a la princesa comer como sus compañeras? Más vale que te olvides de tus remilgos de señorita burguesa y bien educada. Si quieres comer, y me parece que tienes bastante apetito, esta es la única forma en que lo vas a poder hacer y esta es toda la comida que tienes dispuesta hoy para ti, así que tu verás, o te aplicas el cuento o te quedas en ayunas, guapa, tu misma. Tus amigas se alegraran ya que tocaran a mas ración. – dijo cínicamente
    
    Yo aún dudé unos instantes antes de decidirme a comer, aquello pese a todo era demasiado fuerte para mi, pero el sentido común se impuso, o cedía y me comportaba como aquellos hombres habían decidido ya por mi, o me quedaría sin probar bocado ...
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