1. Mi jefe me convirtió en su esclava


    Fecha: 24/09/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: rominasumisa, Fuente: CuentoRelatos

    ... solo rozarme cualquier parte del cuerpo estallaría inevitablemente en gemidos y lamentos de placer.
    
    Mi estado no pasó desapercibido para ninguno de aquellos hombres. Fue Álvaro, el de más edad el que de nuevo tomó la voz cantante.
    
    -Veo que te ha gustado mucho lo que vez, putita. Me alegra saberlo porque muy pronto vas a unirte a ellas. Como ya imaginarás, son nuestras secretarias personales y además esclavas, claro está, ja ja ja.
    
    -La pelirroja que es la mía, se llama "Martirio" y la morena, la de Roberto es "Juguete", tu nombre ya lo decidirá tu Amo cuando lo crea conveniente, y dijo esto lanzándole una rápida mirada de complicidad a mi jefe que se mantenía en un segundo plano dejándole todo el protagonismo a su, sin duda, viejo amigo y compañero.
    
    -Ahora tu nuevas compañeras te van a asear y acicalar como te mereces, ya veo que estas convenientemente desnuda, lo que nos facilitará enormemente el trabajo, pero aun necesitas ciertos… complementos que realcen tu belleza y te sitúen en el lugar que te corresponde.
    
    Y dicho esto le hizo una seña a modo de orden y las dos esclavas de inmediato abandonaron su estoicismo y con delicadeza pero decisión me tomaron ambas de cada brazo y me llevaron al sofá donde me acomodaron con las piernas bien abiertas y procedieron a afeitarme y depilarme mi frondoso coño repleto de pelitos rubios que lo adornaban a la vista de aquellos tres hombres.
    
    La operación duró apenas unos minutos o al menos eso es lo que me pareció pues fue tan placentera, de hecho al menos experimenté tres orgasmos consecutivos, que la pasé gimiendo y lanzando grititos de gusto durante todo el tiempo, y para finalizar a modo de bálsamo en vez de ponerme algún tipo de aceite o crema, ambas me lamieron por fuera y por dentro todo el coño con sus expertas y dulces lenguas a un tiempo.
    
    No puedo describir el cúmulo de sensaciones y placeres que sentí en ese instante, pero mi cuerpo no me obedecía, lo sentía tan relajado por el placer que me hubiera sido imposible mover ni un dedo.
    
    Cuando terminaron, mi cuello, muñecas, y tobillos estaban adornados con un collar y unos grilletes idénticos al de ellas. Ni me había dado cuenta del momento en el que me los habían aplicado. Tal era el estado de abandono que experimentaba.
    
    Una vez terminaron el proceso ambas se levantaron con agilidad y presteza y con movimientos lánguidos y calculados volvieron a adoptar su sumisa postura a ambos lados del carrito de comida.
    
    Fue entonces cuando aquellos hombres que habían estado en todo momento pendientes de la operación, se acercaron a mi, y me ordenaron arrodillarme y entonces a modo de bautizo uno tras otro metieron sus pollas en mi boca hasta que se corrieron en ella, instándome a tragarme toda su leche, siendo Teco, mi hasta entonces jefe y amante, y ahora reconvertido en mi Amo y señor el último en vaciarse sobre mi garganta.
    
    Una vez finalizado el rito, que si bien entendí era una especie de iniciación o bautizo a mi nueva ...
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