1. Mi jefe me convirtió en su esclava


    Fecha: 24/09/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: rominasumisa, Fuente: CuentoRelatos

    ... sobre mi mente y cuerpo.
    
    Me sentí excitada de golpe, los pezones se me erizaron y una sospechosa humedad fue incrementándose en el interior de mi coño.
    
    Dios mío, ¿en qué clase de puta me estaba convirtiendo a pasos forzados?
    
    -Buenos días zorrita, espero que hayas descansado bien esta noche. Tienes que recuperar fuerzas ya que el día puede ser muuuy largo para ti, ja ja ja.
    
    -No te preocupes –dijo el otro- te hemos preparado una suculenta comida para que aguantes lo que te viene por delante.
    
    Yo no sabía que querían decir ni tenía nada que añadir así que me mantuve callada ante sus impertinencias, pero un escalofrío atravesó mi cuerpo e instintivamente me puse a la defensiva. ¿Qué iba a suceder a continuación?
    
    Unos discretos golpes a la puerta de la suite interrumpieron la tensa situación, sin duda sería el servicio de habitaciones que traía la comida a la suite.
    
    Lo que vi a continuación me dejo completamente estupefacta y con la boca abierta.
    
    Realmente no estaba preparada para tal imagen.
    
    Dos mujeres hermosísimas y muy sensuales, de no más de 25 años, completamente desnudas llevaban el carrito con las viandas, pero no era eso lo que más me sorprendió.
    
    Ambas llevaban unos collares similares a los de los perros alrededor de sus cuellos.
    
    Además llevaban los pezones perforados y de ellos colgaban sendas anillas de metal atravesándoselos.
    
    Las dos iban amordazadas con una de esas bolas rojas utilizadas en sadomasoquismo y sus coños estaban completamente depilados, lo que permitía ver como de sus labios vaginales colgaban también algunos aros más e incluso se podía apreciar como sus abultados clítoris estaban atravesados por una varilla de metal dorado, sin duda oro.
    
    Completaban la imagen unos brazaletes metálicos en muñecas y tobillos a modo de grilletes, aunque en ese instante no se podía apreciar ninguna cadena enlazándolos.
    
    La dos llevaban tatuados su traseros con unos complicados y artísticos dibujos o símbolos diferentes para cada mujer y las dos mostraban una leyenda situada justo encima del pubis en la que podía leerse con claridad: propiedad de A. en una y propiedad de R. en la otra.
    
    Ambas estaban completamente quietas, de pie y con las piernas muy abiertas, los brazos detrás de la espalda cual si estuvieran atados, y la mirada baja mientras duró todo el escrutinio al que estaban siendo sometidas por mi y todos los asistentes.
    
    Ciertamente su condición dejaba pocas dudas, seguramente eran una especie de esclavas sexuales, algo de lo que yo había oído hablar por referencias y que había leído alguna vez en algún relato erótico, pero jamás pensé que podrían ser ciertas, y ahora las tenía enfrente de mi cual si fueran estatuas de sal o diosas del amor listas para ser sacrificadas en algún rito ancestral.
    
    La situación era muy extraña y el ambiente estaba muy tenso, eléctrico. Yo misma me encontraba ya en un estado de excitación tal que la respiración se me aceleró y estaba muy próxima al orgasmo, con ...
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