1. Voluntariado. 1ª parte


    Fecha: 24/09/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: fuego de Hefesto, Fuente: TodoRelatos

    ... brazos, su cabeza se inclinó ligeramente hacia delante. No se daba cuenta de nada de lo que estaba ocurriendo. El hombre se fijó en una cruz plateada que pendía del cuello de Virginia, en la cual también había reparado durante la cena. La reconoció porque era frecuente que algunas jóvenes que caían en sus manos tras el negocio de la agencia, sobre todo europeas y americanas, la portasen. Estaba relacionado con una religión de la que él sabía poco pero que solía impulsar a sus creyentes a permanecer con el sexo intacto.
    
    Con gran placer pasó sus manazas por detrás del fino cuello de la joven y le desprendió el crucifijo, pensando que no lo necesitaría pues lo que estaba por ocurrir le privaría de su virginidad… El colgante cayó cerca de la almohada que sujetaba la cabeza de Virginia. Las sirvientas desabrocharon las cintas y el vestido de Virginia cayó hasta la cintura, relevando un sujetador también negro, precioso, con encajes y motivos bordados en blanco. Levantaron a la chica por la cintura y el vestido se deslizó piernas abajo hasta salir por los pies. Una de las sirvientas dobló cuidadosamente el vestido y lo guardó en el armario del señor, junto a los zapatos y aguardó para hacer lo mismo con la ropa interior. El gran jefe observó las braguitas negras que cubrían el pubis de la adolescente y que hacían juego con el sujetador. Eran un poco grandes, no como aquellas bragas triangulares que se veían en los países más modernos y que llevaban las chicas más liberales, que dejaban ver aún más carne. Virginia parecía estar en consonancia con el credo que profesaba y le llevaba a tener pudor… un pudor que el africano quería reventar cuando antes…
    
    Sosteniendo a la joven medio erguida las manos hábiles de las criadas tomaron el broche del sujetador y lo abrieron. Los pechos, que ya se intuían grandes antes de abrirlo, saltaron y quedaron suspendidos, una buena talla de carne para ese cuerpo, e inmejorables para amamantar a los hijos que le engendraría en el vientre, a esa damisela. Los montículos eran generosos y despertaron la libido del amo al máximo, y estaban coronados por unos pezones marrones claros muy agradables. El sujetador no haría más falta para cubrir los deliciosos atributos de esa hembra… El hombre sintió muchas ganas de apretarlos, de amasarlos, de jugar con ellos durante horas, pero aguantó porque ahora el ritual continuaba y porque sabía que esa nena sería suya durante semanas…
    
    Dejaron caer el cuerpo de muñeca inerte sobre la cama, hundiéndose un poco en el colchón. El peso de los senos descansó y los pezones miraban hacia el techo del dosel, mientras la cabeza estaba inclinada contra la almohada. Sólo le quedaban esas braguitas, que ya estaban en manos de la sirvienta más joven, quien tiraba de los extremos para bajar la ropa interior de la chica y dejar su sexo y su trasero al desnudo… La joven tenía unas piernas largas pues era bien alta y unos muslos muy bonitos y carnosos, de los que apetece sobar. Estaba finamente ...
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