1. Voluntariado. 1ª parte


    Fecha: 24/09/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: fuego de Hefesto, Fuente: TodoRelatos

    ... traqueteando su gran maleta. Se comunicó con el hombre negro que sostenía el cartel, que resultó ser el taxista que la llevaría al lugar acordado donde ella se hospedaría durante aquellas semanas.
    
    Virginia, encantada de poder comunicarse en francés, se enteró que en la comunidad a la que se dirigía casi todos hablaban ese idioma, por lo que no tendría problemas para hacerse entender, ya que ella había estudiado toda la primaria y secundaria en el “Liceo francés”de la capital. Eso le hizo estar mucho más tranquila. El taxista, mientras conducía con la mirada fija en el horizonte, le preguntó sobre sus intenciones. Virginia le comentó que estaba haciendo un programa de voluntario en zonas subdesarrolladas como aquella, un complemento muy interesante a los estudios que pensaba comenzar el año que viene. Durante la estancia debería ayudar en todas las tareas asistenciales que le serían requeridas, como la atención a enfermos o el reparto de ayudas, a la vez que se integraba en la comunidad e intentaba proponer algunas soluciones para mejorar la seguridad y la autosuficiencia de la región.
    
    Le parecía muy emocionante contar todos aquellos detalles. Tras lo que parecieron unos veinte minutos de trayecto en el destartalado taxi a través de carreteras de polvo, Virginia llegó a donde la estaban esperando. Se trataba de una gran choza, con varios compartimentos laterales. Estaba rodeada de una valla tosca de madera, presentando lo que a duras penas quería simular ser un jardín. De cualquier forma, el aspecto de esta construcción era mucho más imponente a las casas de las aldeas que había recorrido antes el vehículo. Parecía también estar apartada del poblado, como si fuese la morada de alguien importante que rehúye el contacto con sus vecinos… Se despidió del taxista. Al momento apareció por la puerta una mujer negra, más alta que ella, con aspecto de tener unos cuarenta años. Le preguntó si se llamaba Virginia, y la franco-española asintió. La mujer le comunicó que la estaban esperando, que llegaba justo a tiempo para cenar algo si quería, y le acompañó al interior.
    
    Se adentraron en la choza por la gran puerta de madera noble y cristal, aunque se dirigieron al compartimiento de la izquierda, que parecían ser habitaciones idénticas dispuestas en fila. A media altura la mujer se detuvo para indicar a Virginia que aquella sería su habitación. La joven abrió la puerta nerviosa y se encontró una habitación más grande de lo que había imaginado, provista de una cama individual con dosel y mosquitero, un escritorio con un espejo enorme y un armario de tres puertas. Todo estaba adornado con filigranas blancas y relieves esculpidos en madera, con formas de animales africanos bellamente tallados. Virginia dio una vuelta sobre sus pies mientras miraba todo totalmente emocionado, no parecía estar para nada en un lugar deprimido económicamente mientras residiera en aquella habitación.
    
    Dejó la maleta apoyada contra el armario y sacó la cabeza por la ventana ...
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