1. Voluntariado. 1ª parte


    Fecha: 24/09/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: fuego de Hefesto, Fuente: TodoRelatos

    ... cuerpo de hombre tan robusto sobre ella, no sabía prácticamente qué hacer. Su rostro de chica inexperta se tornó colorado al ver de cerca los potentes músculos bajo la piel oscura que tenía frente a ella. Virginia nunca había observado un cuerpo de hombre tan ostentoso, y menos desde una perspectiva sexual como la que ahora aparecía frente a ella.
    
    Tras el beso, Virginia siguió evaluando el cuerpo del tremendo negro y su vista se detuvo en lo más llamativo del cuerpo del gran anfitrión… en aquél gigantesco badajo que colgaba de su entrepierna y del que Virginia sólo había oído rumores, pero que nunca había visto y nunca se lo había imaginado de tales dimensiones. De entre las dos potentes columnas velludas de aquél hombre de piel como el carbón, se erigía un enorme cipote oscuro y amenazante. Era muy grueso, como el brazo de una niña y cuya longitud le resultaba a Virginia difícil de estimar…era larga como un tronco, y aparentemente igual de rígida… Tenía unas venas que la recorrían y marcaban relieves poderosos en torno al gran rabo, unos pelos negros que salían de la base…no muchos. La verga se movía como si estuviese oscilando, como una viga empotrada… Por detrás se podían ver dos enormes masas colgantes que parecían actuar de contrapeso. La polla de aquél hombre enfilaba al cuerpo desnudo de Virginia como si fuese un cañón que le apuntaba amenazante a punto de disparar.
    
    Virginia, quien veía más que claras las intenciones de aquella mole con aspecto humano, sintió una oleada de profundo pudor que la recorría de arriba abajo. No sabía nada, no sabía qué hacía allí en esa cama tan grande y lujosa, completamente desnuda y a merced de aquél semental africano. Bueno, no exactamente a merced, ella no estaba atada ni nada parecido, aunque si intentaba escapar aquella fiera claramente la retendría, se sentía como una presa acorralada, estaba realmente asustada… El negro posó una mano sobre el cuellecito de Virginia y le acarició suavemente, y de nuevo se inclinó a darle un beso en la boca, esta vez de carácter más débil, casi apasionado. Virginia entrecerró un poco los ojos, mientras notaba como las manos del negro querían seguir estudiando su perfecta anatomía, como bajaban por el cuello lentamente por los hombros, las axilas… El tacto le resultaba estimulante, pese a tener él la piel rugosa. Virginia era muy sensible a sus caricias, sin sospechar que ello estaba relacionado con el ungüento que cubría su pálida piel… Mientras tanto, el maduro de raza, se encontraba muy gratamente sorprendido con las escasas reacciones negativas de Virginia hasta entonces. Aunque bien sabía que todas y cada una de las chicas que había desflorado con su fiera polla, se habían quejado muchísimo de dolor al sentir su himen desgarrado y la vagina abordada del inmenso volumen de carne dura…, la francesita no sería una excepción, y a él le ponía muy bruto ejercitar ese momento del desfloramiento, le descontrolaba.
    
    El negro apresó las ansiadas tetas de Virginia con ...
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