1. Viviendo entre golfas [01]


    Fecha: 17/08/2024, Categorías: Incesto Autor: Reina de Picas, Fuente: TodoRelatos

    ... Luis de golpe—. ¡Esto no está bien! ¿Cómo me puedes estar diciendo todo esto sin sentir un mínimo de vergüenza?
    
    —¿Vergüenza? —dijo Celeste riendo, poniéndose de pie y caminando hasta donde estaba su hermano sentado. Se tumbó del lado derecho y Luis vio cómo sus pezones parecían más erguidos que antes—. Vergüenza es no tener amigos leales, como tú que no los tienes, Luis. Vergüenza es que todas tus novias resulten ser unas putillas y que te pongan los cuernos por no follarlas como se debe. Vergüenza es tener un pitito tan minúsculo que parece un clítoris, según han dicho algunas de tus ex. Vergüenza es tener que recurrir a tu hermana para que te deje vivir en su apartamento. ¡Eso sí es vergüenza!
    
    Luis estaba clavado en el sofá, helado, con los ojos llorosos y rojo como un tomate por la vergüenza que le estaba haciendo pasar su querida hermana delante de sus amigas. Nunca le había dado este trato y no entendía por qué ahora lo humillaba de esta manera. No pudo articular palabra, y el habla se le fue mucho más cuando Belén se puso de pie y fue a él, sentándose en el lado opuesto de Celeste.
    
    Su hermana y la pelirroja estaban junto a él, y Nicol lo miraba con pena en el sofá de enfrente.
    
    —¿Entonces, Luisito? —le preguntó la intimidante Belén, acariciándole una de sus mejillas como si fuese un bebé de brazos—. ¿Aceptas nuestras condiciones o prefieres largarte? Tomando por entendido que aceptar quedarte con nosotras incluye que no reprocharás a Celeste su actuar ni sus decisiones, que no les dirás nada a tus padres respecto sus candentes rutinas, y que a partir de hoy te convertirás en nuestro criado.
    
    —¿En… el criado? —apenas pudo preguntar.
    
    —Sí, Luisito, en nuestro chacho. Tendrás que limpiar el departamento y mantenerlo limpio siempre. A nuestros machos (y no me refiero a nuestros novios) no les gusta el basurero. Tendrás que hacer la comida o cena cuando te lo digamos, y, por supuesto, hacerte amigo de nuestros novios y encargarte de que no sospechen que tu hermana y yo follamos con nuestros amantes.
    
    Luis no podía responder a nada. La rubia de Nicol observaba en silencio, dándole apoyo moral al chico sin decir una palabra.
    
    Mientras tanto, Celeste y Belén estaban tan juntas de Luis, que éste pudo percibir en sus laterales sus respectivas tetas. Incluso, respingó nerviosísimo cuando
    
    sintióunodelospezonesduritosdesuhermana hundidos en su piel.
    
    —No tenemos todo el día, Luisito —demandó Belén—,
    
    ¿te quedas o te vas?
    
    —Me quedo —dijo un pesaroso Luis, sabiendo que por necesidad tendría que apechugar con todo.
    
    Con absolutamente todo.
    
    ***
    
    Los tres cuartos de las chicas estaban juntos. El de la derecha pertenecía a su hermana Celeste. El de en medio a Belén. Y el de la izquierda, que estaba pegado a la ventana que daba hacia el exterior del edificio, pertenecía a la hermosa de Nicol.
    
    Luis colocó su ropa en un viejo estante que antes las chicas usaban para poner las botellas, y eligió el sofá más largo para ...
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