Viviendo entre golfas [01] - Relatos Eróticos

Viviendo entre golfas [01]

... Celeste.

—¿Estás seguro, flaco?

—Claro que sí, hermana. Incluso, para que se animen a recibirme, yo me ofrezco a hacer la limpieza si hace falta. Tú sabes que los departamentos están muy caros en León. Nuestros padres apenas tienen para pagar el tuyo. He ahorrado con lo que he trabajado por las tardes en la tienda de don Meño. Si me comparto los gastos con ustedes nos saldrá más barato.

—Muy bien, Luis. Hablaré con las chicas, a ver qué tal.

—¡Gracias, Celeste, gracias!

Su hermana Celeste, quien desde hace dos años vivía en un departamento en León con sus dos compañeras de la carrera; Belén y Nicol, estaban por empezar el tercer año de facultad de administración de empresas.

Belén era una pelirroja de corte de pelo bob carré, con un culo enorme y unas tetas de campeonato. Belén todo lo tenía operado, hasta el grueso de los labios, lo que la asemejaba a una joven actriz porno.

Celeste tenía menos atributos que la pelirroja, pero no dejaba de ser hermosa, como su amiga. Belén era la líder de las tres compañeras de cuarto, y la que se ganaba el título de putería, pues a pesar de tener novio (un pobre diablo al que utilizaba para que le pasara los apuntes de la facultad de administración) no dejaba de follarse a un chico diferente cada fin de semana, los que la hacían bramar de placer.

Belén fue la que arrastró a la buenita de Celeste, la hermana de Luis, al mundo de la guarrería (aun si también Celeste tenía novio), y ahora no había poder humano que hiciera que Celeste dejara de amar tanto las pollas como amaba tomar alcohol. Aunque Paco, su novio, ignoraba todas las andanzas de su chica.

Ahora que Belén y Celeste eran un par de guarras adúlteras, su misión era emputecer Nicol, la tercera

compañera de apartamento que era todo lo opuesto a esas dos chicas.

Cuando Celeste les planteó a sus roomies Belén y a Nicol sobre recibir a su hermano Luis, al principio titubearon. Belén, la líder, fue la que más se oponía, diciendo:

—A ver, Celeste, ¿tú qué piensas que opinará tu hermano cuando sepa que además de tener novio, te encanta darle el culo a otros chicos?

—¡Jajajaja, cállate Belén! —se ruborizó Celeste, recordando que todavía le dolía el culo del último trío del fin de semana pasado que le había dejado el ano más abierto que un boquete túnel de tren.

Belén insistió:

—Mira, Celeste, tú misma dices que vienes de una familia de pueblo muy tradicional, que no ve con buenos ojos que follemos con nuestros novios antes del matrimonio. ¿Te imaginas la que se te armará cuando tu hermano Luis descubra que no sólo le pones los cuernos a tu novio, sino que además te gusta este mundo alcohol, drogas y sexo? Como sea, nuestra pobre virgencita de Nicol ya se está acostumbrando a escucharnos follar cada fin en este departamento, ¿pero qué pasará cuando llegue tu hermano Luis? Tú sabes que a mí me gusta andar desnuda por aquí, y traer a mis amiguetes cuantas veces me dé la gana. Que sepas que por él yo no cambiaré mi ...