1. A la vejez, Paco


    Fecha: 29/03/2019, Categorías: Sexo en Grupo Autor: coronelwinston, Fuente: TodoRelatos

    ... la verdad.
    
    El primer lunes que fuimos, íbamos ido un poco despistadillos, y si no es por la amabilidad de Paco no sé que tal hubiera resultado nuestra primera sesión.
    
    Paco era un tipo amable, nos sirvió de guía por el gimnasio y nos indicó dónde se encontraba cada lugar, baños, duchas, piscina etc. Extrovertido, caradura, pesado y, probablemente solitario, no le costaba ser cordial.
    
    Nuestra pequeña y larga amistad comenzó cuando yo me encontraba haciendo ejercicios sobre una bicicleta. El llegó a mi lado y montó en otra. Rápidamente inició una conversación conmigo. Era un poco plasta pero no me caía del todo mal.
    
    Mas tarde, al acabar nuestros ejercicios, le presenté a mi mujer y ambos congeniaron rápidamente. Reconozco que Paco se mostró muy amable con mi mujer y desplegó una simpatía sin límites.
    
    Al terminar nuestra sesión ese primer día, nos dirigimos a las duchas, lógicamente acompañados por Paco, indicándome a mí cual eran las de hombres y a mi mujer las de ellas. Nos comentó que si queríamos usar la misma ducha, nos fuésemos a las duchas de hombres. Nos dijo que nadie nos molestaría porque era una práctica habitual entre parejas, ducharse juntos en el baño de los hombres.
    
    Las duchas son de esas que no tienen puertas y que, en todo caso, suelen ser como una especie de “L” para evitar miradas indiscretas y ofrecerte algo de intimidad.
    
    Después de darle las gracias nos fuimos a duchar. Mi mujer al baño de mujeres y yo al de los hombres. Paco me acompañó en todo momento y se duchó a la vez que yo. Hay que decir que no nos duchamos juntos, cada uno pasó a su ducha. Pero me amenizó con un tema de Julio Iglesias mientras el jabón y el agua resbalaban por mi cuerpo. Su elección…”Soy un señor, soy un truhán”.
    
    Cuando salimos a la calle coincidimos de nuevo con Paco. Amablemente nos invitó en una cafetería cercana a tomar algo. Acepté su invitación pensando que yo pagaría la cuenta, cosa que no conseguí. Charlando con él nos enteramos que estaba divorciado, que tenía dos hijos a los que no veía casi nunca, y que trabajaba en una compañía telefónica por las mañanas. Al tener la tarde libre decidió apuntarse a un gimnasio para no anquilosarse en su casa. Al finalizar nuestras consumiciones nos despedimos de Paco hasta el lunes siguiente.
    
    El siguiente lunes fui al gimnasio un tanto forzado, no tenía ganas de ir y mi mujer fue la catapulta que me llevó hasta allí. Menos mal que había decidido que, en un principio, solo iríamos un día por semana hasta coger algo de forma. Encontramos a Paco tan servicial y amable como siempre. Yo me instalé en una cinta para correr y mi mujer se fue a un aparato de remo. Paco andaba en su bicicleta. Daba la sensación que se preparaba para subir el Tourmalet en el próximo Tour de Francia.
    
    Al finalizar la sesión de ese lunes nos fuimos a las duchas. Pedí a mi mujer que se duchara conmigo y ella aceptó aunque algo recelosa por si Paco se nos acercaba y enturbiaba nuestra pequeña excitación. Abrí el ...
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