Se descubre una nueva ilusión 11 - Relatos Eróticos

Se descubre una nueva ilusión 11

... otros, haciéndola gemir de puto éxtasis de placer, –¡Aaah, aaah, aaah! –gemía la esclava. –¡Mmm, mmm, mmm! –gemía la esclava. –¡Aaah, aaah, aaah! –gemía la esclava. –¡Mmm, mmm, mmm! –gemía la esclava, hasta que empezó a correrse soltando sus fluidos y su squirt, mientras su Amo se corría dentro de su coño, follándola con más furia, pegando unos gemidos la esclava que parecía ver las estrellas, gimiendo. –¡Aaah, aaah, aaah! –gemía la esclava. –¡Mmm, mmm, mmm! –gemía la esclava. –¡Aaah, aaah, aaah! –gemía la esclava. –¡Mmm, mmm, mmm! –gemía la esclava. –¡Aaah, aaah, aaah! –gemía la esclava. –¡Mmm, mmm, mmm! –gemía la esclava. –¡Aaah, aaah, aaah! –gemía la esclava. –¡Mmm, mmm, mmm! –gemía la esclava.

Roberto le sacó la polla, tirando de su correa para que se diera la vuelta, eyaculando en su cara, pechos, y boca, volviendo a metérsela, mientras la esclava chupaba como una posesa, querido tragarse toda su leche de su Amo y dueño. Cuando terminó de eyacular dentro de su boca, se la sacó, dejándola delante de ella. La esclava no espero a recibir una orden, se lanzó a limpiar la polla de su Amo, lamiendo su gran falo, para proseguir lamiendo su glande, dejándosela limpia. –¿Qué se dice, esclava? –preguntó su Amo. –¡Muchas gracias, mi Amo! –respondió la esclava Ariadna. Roberto cogió el sello, para calentarlo, poniéndola su marca en su cintura más debajo de ella, pegando un gemido de dolor. –¡Calma, calma, esclava! –dijo su Amo. –Ya está, esclava. –dijo su Amo. Roberto, cogió el móvil para tirarle fotos, y grabarla el vídeo el juramento. –¡Vamos, ábrete de piernas, esclava! –ordenó su Amo. –¡Ponte en posiciones denigrantes y lo más humillantes que puedas, esclava! –ordenó su Amo. La esclava, posaba para su Amo, mientras éste le hacía fotos de todo tipo. –Repite el juramento, esclava. –ordenó su Amo Roberto.

–“Soy Ariadna Natividad Sore, antes era Ama Ariadna, pero ahora soy un esclava y perra blanca de mi Amo Roberto, le pertenezco y soy de su propiedad. ¡Muchas gracias mi Amo Roberto! Por someterme, domarme y adiestrarme humillándole y denigrándome como merezco, como esclava y perra blanca.”

–Muy bien, esclava Ariadna. –dijo Roberto. Roberto cogió los dos vibradores más grandes que tenía para metérselos en su coño y en su culo, encendiendo los dispositivos. –Desde este momento, los llevaras permanentemente, así que vete acostumbrándote, esclava. –ordenó su Amo. –Desde luego, ya sabes las normas, harás una reverencia a los Amos/as, no llevarás ropa interior y todas las mañanas, vendrás a mi despacho, desnudándote para ponerte de rodillas, esperándome si no he llegado aún a mi despacho, para que te de tu leche diaria como esclava, que tomarás todas las mañanas como desayuno. –dijo su Amo. –Puedes decir tu condición de esclava y perra blanca o negra, lo dejó a tu elección, aunque yo prefiero que fueses un esclava y perra negra. –dijo Roberto. Roberto, sacó unos cuencos para ponerlos en el suelo para que comiera la perra, diciéndole –Aquí comerás ...