1. Se descubre una nueva ilusión 11


    Fecha: 24/09/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: piesitos, Fuente: TodoRelatos

    ... placer Ariadna. –¡Mmm, mmm, mmm! –gemía de placer Ariadna. La polla iba aumentando cada vez más hincándosela más fuerte con cada embestida, sintiendo ese dolor que se transformaba en placer, mientras Ariadna gemía como una loca de placer. –¡Aaah, aaah, aaah! –gemía de placer Ariadna. –¡Mmm, mmm, mmm! –gemía de placer Ariadna. –¡Aaah, aaah, aaah! –gemía de placer Ariadna. –¡Mmm, mmm, mmm! –gemía de placer Ariadna. –¡Aaah, aaah, aaah! –gemía de placer Ariadna. –¡Mmm, mmm, mmm! –gemía de placer Ariadna. –¡Dios, mío! fóllame más fuerte, Roberto. –decía Ariadna, totalmente ida de placer, teniendo un orgasmo seguido de otro, mientras se corría de placer. –¡Aaah, aaah, aaah! –gemía de placer Ariadna. –¡Mmm, mmm, mmm! –gemía de placer Ariadna. –¡Aaah, aaah, aaah! –gemía de placer Ariadna. –¡Mmm, mmm, mmm! –gemía de placer Ariadna.
    
    Roberto le estaba rompiéndole su ano, enculándola como si fuese una perra en celo. Roberto, se trajo al baño un látigo junto con una fusta, así que, en esa posición, cogió del pelo de Ariadna, como si fuese una coleta, mientras la iba hincándosela muy fuerte, tiraba de su pelo, haciéndola que se arqueara su espalda. Ella gemía como una puta sumisa sin dejar de sentir un dolor que poco a poco se transformaba en placentero, comenzando a darle latigazos en su espalda, uno detrás de otro. Ariadna, pegaba gemidos de dolor, sintiendo el látigo en su piel, mientras el agua corría por su piel, sintiéndolo más fuerte, latigazo tras latigazos, gimiendo de dolor. –¡Aaah, aaah, aaah! –gemía de dolor Ariadna. –¡Mmm, mmm, mmm! –gemía de placer Ariadna. –¡Aaah, aaah, aaah! –gemía de dolor Ariadna. –¡Mmm, mmm, mmm! –gemía de placer Ariadna. –¡Aaah, aaah, aaah! –gemía de dolor Ariadna. –¡Mmm, mmm, mmm! –gemía de placer Ariadna. –¡Aaah, aaah, aaah! –gemía de dolor Ariadna. –¡Mmm, mmm, mmm! –gemía de placer Ariadna. –Ahora que, empiezas a sentir los latigazos. –dijo Roberto. –Empieza a contarlos, Ariadna. –ordenó Roberto. –Estoy seguro que te morías por sentirlo en tu piel de esclava excitada y cachonda perdida. –dijo Roberto.
    
    –¡Zas! –Uno. Si, mi Amo Roberto. –¡Aaah, aaah, aaah! –gemía la esclava de dolor. –¡Mmm, mmm, mmm! –gemía la esclava de placer. Muchas gracias mi Amo Roberto.
    
    –¡Zas! –Dos. Si, mi Amo Roberto. –¡Aaah, aaah, aaah! –gemía la esclava de dolor. –¡Mmm, mmm, mmm! –gemía la esclava de placer. Muchas gracias mi Amo Roberto.
    
    –¡Zas! –Tres. Si, mi Amo Roberto. –¡Aaah, aaah, aaah! –gemía la esclava de dolor. –¡Mmm, mmm, mmm! –gemía la esclava de placer. Muchas gracias mi Amo Roberto.
    
    –¡Zas! –Cuatro. Si, mi Amo Roberto. –¡Aaah, aaah, aaah! –gemía la esclava de dolor. –¡Mmm, mmm, mmm! –gemía la esclava de placer. Muchas gracias mi Amo Roberto.
    
    –¡Zas! –Cinco. Si, mi Amo Roberto. –¡Aaah, aaah, aaah! –gemía la esclava de dolor. –¡Mmm, mmm, mmm! –gemía la esclava de placer. Muchas gracias mi Amo Roberto.
    
    –¡Zas! –Seis. Si, mi Amo Roberto. –¡Aaah, aaah, aaah! –gemía la esclava de dolor. –¡Mmm, mmm, mmm! –gemía la esclava de ...
«12...808182...93»