Se descubre una nueva ilusión 11 - Relatos Eróticos

Se descubre una nueva ilusión 11

... nadie. Sheila, se levantó para abrir la puerta. –¿Quién es? –preguntó ella. –¡Somos la policía, por favor abra la puerta! Sheila abrió la puerta dejando entrar a los agentes junto a una jueza, dirigió su mirada a la chica que se encontraba de rodillas con las manos detrás de la cabeza y con su mirada en el suelo, callada sin decir nada. Los agentes les pusieron las esposas, diciéndolas. –¡Estáis detenidas por quebrantar la ley! –dijo la Jueza Ariadna. –¡Lleváoslas de aquí! –ordenó la jueza. Con miedo en los ojos, pedían perdón, pero no había perdón para ellas. La Jueza cogió los móviles, viendo todos los abusos que le habían hecho a la víctima. Una vez que se las llevaron, la jueza se acercó a ella, diciéndola. –¡Angela, dame la mano! –dijo la Jueza, mirando como Aisha la daba la mano, pero seguía mirando al suelo. La juez cogió la otra mano, para levantarla con dificultad, ya que había pasado de rodillas todas esas horas, que estaba a punto de amanecer, notando que le dolían las rodillas. –¿Sabes lo que te ha sucedido Angela? –preguntó Ariadna. –¿Cómo debo de dirigirme a usted? –preguntó Aisha. –¡Llámame Ariadna! –respondió la Jueza. –Si, Sra. Jueza Ariadna. –dijo Aisha. –¡Se lo que me ha pasado! –dijo Aisha, excitada y mojándose de nuevo, ante ella. –Bueno, te vamos a llevar a tu apartamento, para que te laves y te asees. –dijo la Jueza. –¿Qué pasará con mis amigas? –preguntó Aisha. –¿Esas son tus amigas? –preguntó Ariadna. –Pues recibirán el castigo que corresponde, cómo lo recibiste tú de igual manera esta noche, ya que los vídeos y fotos denigratorios que hemos visto, tienen su pena.

¿Esta ropa qué está en esa bolsa es tu ropa Aisha? –preguntó Ariadna. –Si, Sra. Ariadna, es mi ropa. –respondió la esclava Aisha, pero cuando la Jueza iba a coger la ropa, Aisha vio que había manchas de orina en el suelo de sus Amas, así que se puso de rodillas, lamiendo el suelo para limpiarlas. Cuando se volvió la Jueza vio como estaba Aisha, lamiendo el suelo como una esclava y perra negra, limpiando la orina junto a sus fluidos que se había corrido de placer. Ariadna lo grabó todo con el móvil, para presentarla como muestra de lo que habían hecho las acusadas. Cuando terminó, se puso de pie esperándola para llevarla. –Vámonos Angela. –dijo Ariadna, pensando si no se habían excedido con esa chica, ya que hacía unas horas era Ama dominante, pero en pocas horas, alcanzar ese nivel de sumisión, era muy extraño, pero sin duda el Juez cargo del caso había cumplido bien su sentencia. –pensó Ariadna. –Ya veremos si en el futuro, el caso no se les volvía en contra. Las dos salieron para acompañarla al hospital, para atenderla psicológicamente, porque no la vio bien, la montó en el coche y se la llevó para el hospital. Estuvo todo el día con reconocimientos, los cuales salían todos bien, ya que la Jueza, le había quitado el collar, las anillas y todo lo que llevaba, incluidos los vibradores. Todo salió bien, sólo detectaron que era muy activa en el sexo, que tenía ...