Se descubre una nueva ilusión 11 - Relatos Eróticos

Se descubre una nueva ilusión 11

... obedecerla mi Ama Negra Angela.

–¡Zas! –Veintitrés, mi Ama Angela, –¡Aaah, aaah, aaah! –gemía la esclava. –¡Mmm, mmm, mmm! –gemía la esclava. “Soy Clara Álvarez González, soy esclava y perra de mi Ama Negra Angela, le pertenezco y soy de su propiedad para servirla y obedecerla mi Ama Negra Angela.

–¡Zas! –¡Zas! –Veinticuatro, mi Ama Angela, –¡Aaah, aaah, aaah! –gemía la esclava. –¡Mmm, mmm, mmm! –gemía la esclava. “Lucía Álvarez González, soy esclava y perra de mi Ama Negra Angela, le pertenezco y soy de su propiedad para servirla y obedecerla mi Ama Negra Angela.

–¡Zas! –¡Zas! –Veinticinco, mi Ama Angela, –¡Aaah, aaah, aaah! –gemía la esclava. –¡Mmm, mmm, mmm! –gemía la esclava. “Soy Clara Álvarez González, soy esclava y perra de mi Ama Negra Angela, le pertenezco y soy de su propiedad para servirla y obedecerla mi Ama Negra Angela.

–¡Zas! –¡Zas! –Veintiséis, mi Ama Angela, –¡Aaah, aaah, aaah! –gemía la esclava. –¡Mmm, mmm, mmm! –gemía la esclava. “Lucía Álvarez González, soy esclava y perra de mi Ama Negra Angela, le pertenezco y soy de su propiedad para servirla y obedecerla mi Ama Negra Angela.

Tanto Clara como Lucía, gemían de dolor transformándose poco a poco en gemidos de placer, mientras se corrían, teniendo una serie de orgasmos sucesivos encadenados que las dejó, temblando de placer y gusto, pero al tener las cadenitas atadas en el cuello con la de los pezones, gemían de placer. –¡Aaah, aaah, aaah! –gemían las esclavas. –¡Mmm, mmm, mmm! –gemían las esclavas. –¡Aaah, aaah, aaah! –gemían las esclavas. –¡Mmm, mmm, mmm! –gemían las esclavas.

–¡Aaah, aaah, aaah! –gemían las esclavas. –¡Mmm, mmm, mmm! –gemían las esclavas. –¡Aaah, aaah, aaah! –gemían las esclavas. –¡Mmm, mmm, mmm! –gemían las esclavas. –¡Aaah, aaah, aaah! –gemían las esclavas. –¡Mmm, mmm, mmm! –gemían las esclavas. –¡Aaah, aaah, aaah! –gemían las esclavas. –¡Mmm, mmm, mmm! –gemían las esclavas.

Los chicos que estaban delante de ellas, hablando entre ellos, dejaron de hacer lo que hacían para quedarse mirando todo lo que estaba sucedido delante de sus ojos. Mientras hablaban entre sí, como si debatieran entre ellos sobre lo que estaban viendo. Ellos, habían sacado los móviles para tirar unas fotos e incluso grabarlo en vídeo, pero Angela con el látigo en mano, se acercó a ellos, mientras iba a acariciándolo con su mano derecha, mientras decía a sus perras. –¡Seguid de rodillas, esclavas! –ordenó Ama Angela. –¡Lamed vuestros fluidos del suelo, esclavas blancas! –ordenó Ama Angela. –Si mi Ama Negra Angela. –dijeron tanto Clara como Lucía, que empezaron a lamer el suelo de todos sus fluidos, mientras que Angela se acercaba al grupo de aquellos chicos. Ellos no paraban de mirarlas como lamían el suelo sus fluidos que habían visto como se corrían como putas zorras, comentado con frases, aquellas escenas tan obscenas, que Angela los estaba escuchando según se acercaba a ellos.

–Bueno, –¿Qué os pasa? –preguntó Angela. –¿Qué pasa sobre qué? –respondió uno de ...