Keya La granja de Silvia. Cap.17 - Relatos Eróticos

Keya La granja de Silvia. Cap.17

... voy a hacer acabar como premio por haberte portado bien. Parece que sos medio escandalosa, pero acordate de no hablar. Acá las bestias no hablan ni siquiera cuando cogen ¿Estamos?

- aaaahhhhh… aaaahhhhh… aaaahhhhh… aaaahhhhh… aaaahhhhh… aaaahhhhh… aaaahhhhh… aaaahhhhh… aaaahhhhh… aaaahhhhh… aaaahhhhh… aaaahhhhh… aaaahhhhh… aaaahhhhh… aaaahhhhh… aaaahhhhh… aaaayyyyyyyyyyyyyy

Keya se desarmaba en el dedo de Silvia, mientras esta la estimulaba y le acariciaba el lomo metiéndose en su cabeza. Fue un orgasmo intenso, ya que su concha estaba tensa como la cuerda de un violín, y esa sensación se intensifico cuando comenzó a contraerse sobre el especulo que la abría.

- Muy bien potranquita, así sin hablar es mejor. Ya vas a ir tomándole el gusto. Ahora vamos por ese culito, pero primero lo tenemos que dejar bien limpito - Dicho lo cual llenó una bolsa de enema de litro y medio con una solución jabonosa y le coloco la cánula bien metida en el ojete, y luego de eso colgó la bolsa para que la gravedad hiciera lo suyo.

Keya estaba desesperada, si bien ya había pasado por un enema de vino cuando le abrieron el culo, la presencia de Silvia era distinta, además en esa vez le habían permitido ir al inodoro. Ahora estaba arriba de un banco, inmovilizada y con todos sus agujeros a la vista, y no se imaginaba que podía pasar…

Silvia estaba muy atenta al reloj, y masajeaba suavemente el abdomen de la yegua, que aparecia tirante e hinchado. Luego de 15 minutos, Keya comenzó a gruñir y a inquietarse, señalando la inminencia de la evacuación…

Tranquila potranquita. Aguanta un poco más. Ni se te ocurra vaciarte ahora – advirtió el ama.

Luego de eso, Silvia coloco un extraño recipiente que casi le llegaba hasta la altura del culo, y sin decir palabra le abrió las cachas a la yegua, haciéndole perder todo control

--aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa fue el grito de Keya a medida que dejaba salir todo el contenido de sus tripas y el lugar se llenaba de olor a mierda, mezclado con el aroma del agua del enema.

Cuando los ruidos de las tripas cesaron, y el agua dejo de caer, solo se escuchaba el sollozo de Keya, la cual se hallaba absolutamente avergonzada por la situación.

Silvia volvía a estar ahí, acariciándole la carita y hablándole al oído para calmarla, y para meterse más en su cabeza

- Shhh potranquita… no llores… es normal lo que hiciste… te vaciaste entera… ahora ya salió lo más sucio, te voy a volver a lavar el culo hasta que salga agua trasparente… vos mansita y déjate hacer… y ni una palabra… estas portándote muy bien… tranquilita mi potranca…

Keya de a poco fue calmándose y cuando estuvo lista, una nueva bolsa fue vaciada en sus tripas hinchándole de nuevo la panza y debiéndola aguantar todo el tiempo que su ama, lo dispusiera.

Así potranquita…muy bien… ahora aguanta un poquito más… yo sé que vos podes.

Cuando un nuevo gruñido de desesperación salió de la boca de Keya, el ama, volvió a abrirle ...