1. Ven, vamos a los aseos.


    Fecha: 26/07/2024, Categorías: Gays Autor: Danisampedro91, Fuente: SexoSinTabues30

    ... a la vez que acariciaba aquella polla, le mediría fácilmente unos 15 o 16 centímetros, era algo gruesa y no estaba circuncidado, toda ella era uniforme, solo se inclinaba un poco a la izquierda. Así que se la empecé a acariciar, mi cuerpo se estremeció a la vez que un escalofrío recorría toda mi columna vertebral. Dios aquella verga que acariciaba me la iba a meter toda por el culo, era lo que estaba pensando cuando él subía la camiseta que llevaba puesta, quitándomela por completo, dejándome ya prácticamente desnudo frente a él.
    
    Así que tuvo mi torso completamente desnudo, empezó a acariciarme las tetillas, retorciéndome y pellizcando los pequeños e hinchados pezones que tenía, haciendo que soltase un pequeño quejido a la vez que me sujetaba a él.
    
    Dios, cabrón que bueno estás, ¡ay si llegas a estar en el talego! Ibas a estar todos los días con una polla en el culo, ibas a ser la putita de todos. Como me gustaría tenerte allí para mí solito, tenerte todos los días y poderte hacer mi hembrita, Dios como lo iba a pasar.
    
    Yo al escuchar lo que me decía, me estremecía todo, hasta no me desagradaba, no me importaría ser la hembrita de aquel macho, ni siquiera que otros pudieran darme por el culo cuando ellos quisieran, en aquellos momentos yo estaba muy caliente y necesitaba tener una polla dentro de mi caliente culito.
    
    Mientras seguía pellizcando y retorciendo uno de mis hinchados pezones, llevando su boca al otro pezón, empezó a chuparlo y mordérmelo, haciéndome que me abrazase a su cabeza mientras chillaba de gusto, ¡ooohhh ooohhh! Me abrazaba a su cabeza, gimiendo y temblando del gusto que me estaba dando al morder con su boca el hinchado pezón.
    
    Así que se cansó de meterme mano y saborearme con su boca, poniéndome las manos sobre los hombros, me empujaba hacia abajo para que yo le chupase la polla, mirándome con aquellos ojos fijamente a la cara sin decirme nada, cosa que no hizo falta, le había entendido a la perfección, quería que le chupase la polla y lo iba hacer con sumo gusto, estaba deseando probar aquella verga que muy pronto iba a tener dentro de mi culito.
    
    Me puse de cuclillas y al estar a la altura de su polla, mientras la sujetaba con una mano teniendo la otra sujetándome a su cadera, abrí la boca empezando a chupar aquel rico manjar.
    
    ¡Ohhh! ¡ooohhh que boquita! ¡ooohhh Dios que boquita! Gritaba moviendo su pelvis para que me entrase toda la polla en la boca. Chupa, chupa así, ¡ooohhh que gusto! ¡ooohhh que gusto! Gritaba poniendo sus manos sobre mi cabeza a la vez que la empujaba y movía su pelvis tratando de que me la tragase toda.
    
    Yo que me atragantaba, puse mis manos sobre su pubis, tratando de que no empujase más, ya mi nariz la tenía pegada a sus vellos púbicos y no era capaz de tragarme más, ya varias veces me había atragantado abriéndome en arcadas cosa que al ver que ya no daba tragado más, ahora sin impulsar su pelvis, me pedía que le chupara el glande.
    
    Chupa la cabecita, chupa la cabecita, así así, ...
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