1. Cosas del embarazo


    Fecha: 24/07/2024, Categorías: Infidelidad Autor: LilithDuran, Fuente: TodoRelatos

    ... en el pecho, palpó un poco su piel, estaba tan sensible como su sexo y con nada los pezones se le endurecían. Las ganas la sobrepasaron y mientras su otra mano se atusaba el cabello, dos dedos traviesos apretaron su piel.
    
    —¡Mierda! —se sorprendió cuando vio como tres finísimos chorros salían despedidos llegando hasta el cristal y dejando allí unas pocas gotas— Ahora a limpiar, es que menuda mierda de vida. —miró su tripa, dándose cuenta de que en algún momento no se vería los pies— ¡Uf! ¡Cómo te quiero y te odio a la vez, hijo mío…!
    
    Allí, en el baño y con los vahos calientes nublando la estancia, se había “podado el seto” porque sí, a la mujer eso le parecía más una selva que un césped bien cuidado. Solía llevarlo rasurado por completo, pero desde que amaneció esa tripa, lo de doblarse para cortarse el vello era una tarea más que ardua. Había requerido una paciencia que a la mujer le escaseaba, pero cierto que, al final, logró un apurado más o menos decente, o mejor dicho… quitó los arbustos que se le estaban acumulando.
    
    El resto de la tarde estuvo entretenida con la tele y unas golosinas que tenía guardadas, en lo que ella llamaba, el armario del pánico, para esos momentos en los que su máximo anhelo eran las golosinas.
    
    Sin embargo, esas horas pasaron y cuando la noche se hizo presente con toda su oscuridad, Eva volvía a estar que se subía por las paredes. Conociendo a Pablo, se imaginaba que llegaría con dos o tres cervezas en el cuerpo y meditó por un rato que, quizá eseachispamiento, le serviría para tener algo con él.
    
    Quiso prepararse para la noche, tenía que cargar sus mejores armas para darle una bienvenida, la cual recordase para siempre, por lo que no le recibiría en pijama. Era muy calentito y sobre todo, holgado para estar cómoda, sin embargo, de sensual tenía poco.
    
    Abrió el armario con el rostro contraído, sabía que la ropa que acumulaba en su vestidor cada vez le quedaba más pequeña. Siempre fue de vientre plano y ahora, sus camisetas la dejaban al aire el ombligo. Por lo que decidió lo básico, una ropa interior de encaje bonita que le quedaba pequeña en los pechos y que esperaba no mojar demasiado por abajo.
    
    Se tapó con una bata de algodón, la verdad que no era muy erótica, aunque le serviría para su cometido, sorprender a su marido y no coger frío si el invierno entraba en la casa. Se metió bajó la manta del sofá, esperando a su marido, bien calentita… en todos los aspectos… y puso la televisión para no pensar en nada, si no… tal vez acabaría masturbándose ella solita.
    
    Los minutos pasaban y en su cabeza, la idea de fornicar con su marido le hacía la boca agua, aunque donde en verdad parecía manar líquidos sin parar, era en otra parte muy concreta.
    
    —Otra vez… —pasó la mano al interior de su braga donde un líquido espeso la esperaba— parece que tengo el grifo roto.
    
    Se limpió con las inseparables toallitas húmedas que llevaba siempre consigo, nunca hubiera imaginado que de lo que más dependería en su ...
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