1. Cosas del embarazo


    Fecha: 24/07/2024, Categorías: Infidelidad Autor: LilithDuran, Fuente: TodoRelatos

    ... otra cuestión, pero Eva, no— Lo otro —añadió mientras cogía la mochila. Ya no le gustaba llevar bolso, ni abalorios, ni tacones… ¡Ahora no le gustaba llevar nada!— La leche que me sale… ¿Va a seguir?
    
    —No es la leche como tal, se llama calostro y no es habitual la cantidad que segregas. La verdad que te ha subido muy pronto. Hazte a la idea que va a seguir. ¿Has comprado los discos absorbentes que te dije?
    
    —Sí —comentó en un tono seco. La sensación de querer marcharse era palpable, cada vez era más complicado estar quieta en un lugar, andando se sentía mejor—. Parezco una vaca, Pedro. Es como si tuvieran que ordeñarme a diario. ¡Esto es una mierda!
    
    El doctor se aguantó la risa, porque en toda esa sinceridad, la mujer era graciosa. Todo lo decía con una formalidad que cualquiera podría pensar que hablaba en serio, pero los comentarios iban aderezados con ese toque de humor frío que el hombre supo calar desde un inicio.
    
    —¡Disfruta, Eva! —dijo a la par que se levantaba de la silla y se acercaba— El embarazo es un momento muy bonito para una mujer.
    
    —¿Lo dices por experiencia propia? —Pedro contuvo una sonrisa con el comentario— Estoy segura de que los hombres también lo disfrutáis tanto como yo… —añadió la mujer con la mano de Pedro en el hombro en dirección a la puerta. El ginecólogo, sin poder aguantarse, soltó una carcajada.
    
    —Tienes apuntada la próxima cita, ahora ve y descansa. Aprovecha estos meses de relajación sin trabajar y dedícate a ti, que dentro de poco no estarás sola.
    
    —Ya no lo estoy… Siempre voy acompañada… —miró su tripa que se notaba a la legua debajo de su ropa— Nos vemos, doctor.
    
    Eva recorrió el pasillo con sus impolutas Adidas blancas, prefería otro calzado con el que verse más mona, pero ahora, la comodidad era lo primero. Salió del hospital buscando en su mochila un chupachups, antes del embarazo, tomaba por una certeza que los antojos eran caprichos de ciertas mujeres que se aprovechaban de sus maridos. Pero desde la primera semana, la necesidad de dulces que apenas había comido antes, se convirtió en algo vital.
    
    Abrió uno de fresa en dirección al metro, degustándolo en su paladar con sumo gusto quedándose cerca del orgasmo mientras lo mecía en el interior de su boca. “Es lo poco que me da placer” se dijo para sí misma al tiempo que bajaba al metro por las escaleras, todavía era capaz de moverse con soltura, en unas semanas, seguro que le tocaría montarse en el ascensor.
    
    Cuando entró en uno de los vagones, como de costumbre, le cedieron el sitio, algo que no la gustaba, pero que aceptaba educadamente, colocándose rápidamente los cascos para relajarse tanto como le fuera capaz.
    
    La ventaja de su casa, al menos, para ese día, era que estaba muy cerca de la salida del metro. Eso sí, esperaba no sufrir mucho las idas y venidas al médico cuando estuviera a punto de reventar, temía porque llegase esa época y en verdad… la tenía tan cerca…
    
    Había visto tripas de embarazadas, bueno… desde que el test le ...
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