1. Cosas del embarazo


    Fecha: 24/07/2024, Categorías: Infidelidad Autor: LilithDuran, Fuente: TodoRelatos

    Eva se subió las bragas sin mucha dificultad, aunque el vaquero sí que le costó más trabajo. Tenía en mente empezar a comprarse algunas mallas o vestidos para evitar vestir con prendas que la apretasen, aunque siempre la daba pereza. Últimamente, todo la daba flojera.
    
    Se retocó rápidamente el pelo en el pequeño espejo de la consulta y calzó sin esfuerzo, como las llamaba ella, las “benditas” zapatillas, solo introduciendo el pie. Después de colocarse mejor el jersey holgado de cuello alto, que la hacía parecer una pera, se sentó en la silla.
    
    —Como siempre, Eva. Tú y el niño estáis de maravilla.
    
    —Estará bien él, yo cada día estoy más torpe, más gorda y más fea. Una maravilla esto de tener niños. —un ácido humor que el médico escuchó durante todas las consultas.
    
    —Es normal que te sientas torpe. —de forma muy profesional, no añadió nada sobre las otras dos facetas que comentaba— Vas a entrar en el tercer trimestre del embarazo. De aquí en adelante, esa torpeza se va a acrecentar, te sentirás más pesada…
    
    —¡Menuda novedad, Pedro! —al médico le salió una sonrisa, desde el primer día le llamó por su nombre, mostrando un desparpajo y naturalidad, que le gustaba. Muchas se sentían cohibidas por lo evidente, era un hombre que se adentraba en ellas, nada agradable, pero con Eva, era distinto.
    
    —Bueno, —miró a la puerta, sabiendo que otras mujeres esperarían fuera— poco a poco, Eva, paciencia. Una vez que el pequeño salga y de guerra, pensarás que estaba mejor dentro.
    
    —Tener unalien que no para de moverse es una fiesta… —la mujer se levantó de la silla con normalidad, temía el día que tuviera que apoyarse en un lugar como una vieja— Dos cuestiones más y me voy.
    
    Pedro unió sus manos y se inclinó sobre la mesa prestando su máxima atención, temiendo que las dos cosas de Eva, se convirtieran en más de diez minutos de dudas, no sería la primera vez.
    
    —Vale, puedo practicar sexo… ¿Hasta cuándo?
    
    —Eso según tú te veas cómoda… —era una duda recurrente de sus pacientes.
    
    —Pedro, —cortó rápidamente a su doctor— yo me veo muy cómoda, mi culpa no es.
    
    —Yo hablo por ti, que eres mi paciente. —la sonrisa dulce del ginecólogo entrado en años, reconfortaba algo a Eva, sin embargo, muy poco— Si está todo bien, como es tu caso, puedes practicar sexo hasta casi el final, ya lo hemos hablado en anteriores consultas.
    
    —Me lo vas a tener que poner por escrito, como si fuera un justificante médico, para… mi amado marido. —la mujer se colocó su gabardina beige que le llegaba hasta las rodillas y prosiguió— Que si cuidado con el niño… que si no quiere hacerme daño… ¡Bobadas!
    
    —Eva, —pensó en si de verdad le haría escribir aquel justificante, esperaba que no, aunque… la mujer era capaz— hay hombres que se sienten incómodos. No lo tomes como algo personal hacia tu apariencia. Cuando tengáis a vuestro hijo con vosotros, todo volverá a la normalidad.
    
    —¡Ja! —resonó en la consulta como un graznido de pájaro— Veremos… —el médico se había olvidado de la ...
«1234...29»