1. Cosas del embarazo


    Fecha: 24/07/2024, Categorías: Infidelidad Autor: LilithDuran, Fuente: TodoRelatos

    ... resignar y cuando escuchó la puerta cerrarse hizo un esfuerzo buscando algo en su mesilla.
    
    El silencio de la casa era propicio para relajarse, solamente el ruido de la lavadora entorpeció su paz mental, pero le daba lo mismo, lo que tenía en la mano la aplacaría por un rato. Bajó sus pantalones con rapidez, junto a una braga que estaba mojada… Algo habitual esas últimas semanas.
    
    —Siempre estoy mojada, ¡joder, qué asco! —una cosa era estar húmeda para el sexo, pero ¿todo el día? Era una ruina.
    
    La lanzó al cubo de la ropa sucia que Pablo había vaciado, “quizá si la ve, se ponga cachondo y me folle” pensó sin mucha convicción. Pero su marido, no iba a cambiar de opinión, ni siquiera con ese olor a sexo que destilaba a cada hora.
    
    Abrió las piernas con amplitud, levantándose la parte baja del jersey y dejando al aire su abultada tripa hasta el ombligo. Con la mano libre, se retiró el cabello peinado de peluquería hasta detrás de las orejas, sus mechones morenos casi negros, quedaron lejos de su rostro y se sintió más lista que antes.
    
    Accionó un botón y en su húmedo clítoris notó la succión que su juguete le producía. La sonrisa le salió al instante, una amplia y verdadera que Pablo no le proporcionaba. Aumentó los niveles, hasta pulsar el botón siete veces y sentir que aquello la iba a aspirar por completo. Pulsó dos veces el utensilio para disminuir la fuerza, sabía que si seguía a ese nivel mojaría el edredón, sus orgasmos eran tan acuosos que la primera vez la asustaron.
    
    —¡Aahh! ¡Qué rico…! —sollozó cuando las piernas le temblaron y llegó el orgasmo. Siempre la dejaba más tranquila, alejando los fantasmas del deseo, aunque no por mucho tiempo— ¡Cómo lo necesitaba! —apagó el juguete, limpiándolo con una toallita húmeda y dándole un beso al mango— ¡Cuanto te quiero!
    
    Como pudo se desperezó, saliendo de la cama con pequeños pasos de unas piernas afectadas por el placer. Cuando su cuerpo, se lo permitió, deslizó un paño húmedo por su sexo, limpiando con dificultad debido a que cada roce le provocaba excesivo placer, tenía en la vagina una sensibilidad increíble.
    
    —Menos mal que me contuve —comentaba mirando el pequeño círculo húmedo que creó su sexo en el edredón. Era demasiado, que ganas tenía de que se acabase el dichoso embarazo.
    
    No le dio más vueltas, no era el momento, después de un buen orgasmo lo último que quería pensar era en eso. Por lo que se adentró en la ducha, para que el agua caliente la masajease la espalda dolorida y también, hiciera el trabajo sucio de limpiarle los restos de su corrida.
    
    Una vez terminó, cerrando el agua y saliendo con dificultad, de la misma manera que le pasaba con todo, se miró en el espejo. La tripa era considerable y los pechos… ¡Estaban enormes y llenos de leche! Eso último lo sabía bien.
    
    —Parezco una vaca… ¡Una maldita vaca!
    
    Se llevó una mano al seno derecho, dejando la toalla en el lavabo y contempló su cuerpo que aún no había mutado en una bola, “me falta poco…”. Con la mano ...
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