1. Cosas del embarazo


    Fecha: 24/07/2024, Categorías: Infidelidad Autor: LilithDuran, Fuente: TodoRelatos

    ... aunque en verdad, los movimientos de Eva eran tan lentos que a Jon le dio tiempo de sobra a recuperarse del esfuerzo. La mujer consiguió sentarse en el sofá, dándose cuenta de la humedad que tenía bajó ella, y miró a su amante con cara de que no podía hacer otra cosa.
    
    Suspiró fuertemente, para la primera vez estaba muy bien, realmente bien. Tal vez diez minutos de un placer increíble, que había deshecho todo el veneno que acumulaba desde mucho tiempo atrás, sin embargo, todavía quedaba una cosa pendiente.
    
    —¿Te has corrido? —no lo creía, aunque igual en el embarazo esas cosas no se notaran, no tenía experiencia en que Pablo se corriera en su interior. Bueno… ni dentro, ni fuera.
    
    —Estuve a punto, pero como querías que la sacara.
    
    Meditó sobre si su marido se hubiera detenido, tal vez estando tan cerca, hubiera masturbado su polla sobre su culo para sacar todo. Aquello le dio una idea.
    
    —Eso no puedo quedar así… has montado muy bien la cuna. Recuéstate en el respaldo.
    
    Jon lo hizo, con una pierna afincada en el suelo, otra en el sofá y Eva entre ambas. La espalda del joven topó con el reposabrazos, quedando prácticamente sentado con una gran erección que apuntaba al techo.
    
    Reflexionó sobre que regalarle al muchacho, sexo no podía, estaba muerta y el cansancio para una mamada era extremo, aunque… viendo los genitales tan grandes que poseía, no lo dudó.
    
    Agachó su cuerpo, hasta el punto de casi tumbarse, evitando que la tripa golpeara en el sofá. Retiró su cabello detrás de la oreja derecha, ladeando su cabeza y acercando su boca a dos bolas brillantes debido a sus propios líquidos.
    
    Dio un húmedo beso a semejantes huevos y miró en una sonrisa radiante al joven que no sabía qué hacer.
    
    —¡Pajéate! —era una orden— ¡Yo me encargo de tus cojones!
    
    Sacó una húmeda lengua, empezando a masajear uno de los genitales, mientras el joven, con su amplia mano, apretaba la punta y la empezaba a mover. Eva besó el otro, comenzando a escuchar los primeros gemidos y sintiendo en su cabeza como la pierna que la tocaba, se endurecía debido a la tensión.
    
    Succionó el primero que cogió, dándole un masaje en el interior de su boca como si fuera uno de los caramelos que tanto antojo le causaban. Jon se contrajo, su veneno estaba a punto de salir y Eva volvió a sonreírle.
    
    —¡Sácalo…! —murmuró con su dentadura blanca e impecable.
    
    Otra vez se metió en la boca uno de los huevos, pensando en si sería posible meterse los dos, pero lo veía muy improbable. Escuchó el primer aullido de placer del joven y trabajo con más esmero hasta que le confesó.
    
    —Ya viene… ¡Ya viene!
    
    No paró de masajearle los genitales mientras el joven empezaba a correrse. Sintió como el primero de sus chorros le caía en el hombro, menos mal que se había retirado el pelo. Los tres siguientes los sintió mucho más cerca… espesos, calientes y de una magnitud increíble que golpearon en su mejilla con fuerza. “¡Normal que se corra así, con los huevazos que tiene!” meditó sin ...