1. Cosas del embarazo


    Fecha: 24/07/2024, Categorías: Infidelidad Autor: LilithDuran, Fuente: TodoRelatos

    ... rebotando en el aire.
    
    —¡Lo sabía…! —dijo en tono erótico viendo la polla de Jon.
    
    El joven seguía de pie, esperando la próxima orden mientras la mujer sonreía sabedora que aquella era una buena herramienta. La rodeó con su mano derecha, sintiendo la dureza y a la vez, el delicioso tacto que destilaba. Se fijó en la punta, llena de un líquido transparente que luchaba por caer al suelo y mancharlo todo.
    
    —Buena polla. No me cabe la menor duda de que tu novia estará contenta. —aunque algo la llamó la atención. Justo detrás, en la base del pene, le colgaba la bolsa escrotal del tamaño más grande que jamás había visto— ¿¡Y estos huevazos!?
    
    —Los míos…
    
    El muchacho no sabía que responder y eso fue lo primero que le vino, aunque no importaban las pablabas, sino la mano de Eva, que estaba meciendo sus pelotas como si fueran dos canicas… aunque mucho más grandes.
    
    —Nunca había visto unas pelotas tan enormes… ¡Increíble! Me has sorprendido.
    
    No obstante, no estaban allí para ver esos gigantescos genitales, sino para que el joven metiera su gorda polla en el acuoso sexo de la mujer. Así que Eva se tumbó, atusándose un poco el cabello, como si con el coito no se le fuera a aturullar, e hizo señas para que el chico se pusiera encima.
    
    Se arrodilló en el sofá, entre las piernas de la mujer, sin recostarse sobre ella por lo obvio. Las manos de Eva fueron hasta sus labios inferiores, donde abrió la puerta, separando estos para que el ariete de Jon traspasase las murallas sin problemas.
    
    —¡La puta! —bramó el joven al comprobar que todo su miembro entró de un tirón— ¡Está todo dentro! ¿Cómo es posible?
    
    —No sabes lo cachonda que estoy, ni el tiempo que llevo de esta manera. Jon, haz el favor y fóllame.
    
    De esa forma lo hizo, sacando el trabuco de su entrepierna y metiéndoselo de nuevo con ganas a su vecina. El movimiento era pausado, pero sentido, haciendo que el cuerpo de Eva se meciera en el sofá con cada estocada de semejante espada y gimiera de gusto al mirar el rostro contraído de Jon.
    
    El chico no paraba de mirar para todos los lados, con las manos en los muslos mientras una pequeña gota de sudor comenzaba a caer por su frente. Trató de agarrar esos enormes pechos que fluctuaban arriba y abajo, sin embargo, la postura no era la mejor y prosiguió con sus entradas de la misma manera que antes.
    
    No se detenía al introducirla por completo, no tenía miedo como su marido de hacer algo al bebe, porque no podía hacerle nada. Eva sonrió de la necesidad que estaba completando en ese mismo instante y todo lo que había luchado para que su marido se la metiera. No lo hizo y ahora, estaba siendo montada por un chico al que los ojos se le salían de las órbitas de todo lo que le ponía la mujer.
    
    —No sé si voy a poder aguantar, Eva… —era la primera vez que escuchaba su nombre salir de aquella boca.
    
    —¿¡Te vas a correr!? —le gustó semejante confesión y el joven asintió a la vez que apretaba los dientes.
    
    Apenas habían follado por unos minutos ...
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