1. Cosas del embarazo


    Fecha: 24/07/2024, Categorías: Infidelidad Autor: LilithDuran, Fuente: TodoRelatos

    ... gritos ser llenada. Sus uñas blancas y perfectas apretaron con fuerza, provocándola un gemido que no pudo esconder, seguramente, Jon lo hubiera escuchado, por el momento no la importó.
    
    “Me lo tengo que follar, alguien tiene que sacarme este veneno que tengo dentro” reflexionó a medida que escuchaba los pasos del joven. Por un momento, dudó sobre si debía quitarse el jersey y la camiseta para mostrarle sus hinchados pechos con marcadas venas. Estaba claro que al joven le gustarían, por algo la devoraba con los ojos.
    
    —Toma.
    
    Ella le sonrió cuando cogió el vaso de agua, bebiéndolo con calma, mientras su garganta subía y bajaba, admiró el cuerpo del joven. Debajo de su sudadera debía haber un pecho fuerte, quizá no de músculos marcados, pero ancho como el de su padre. El chándal se pegaba algo a sus piernas, con muslos poderosos que iban acorde con el torso que poseía y en medio, algo que miró con descaro, un bulto notorio.
    
    “No está empalmado, pero está en proceso”. La mujer se levantó, quedando muy cerca del joven, tanto como en el ascensor. Le tendió el vaso sin ninguna gota de agua y descendió después sus manos hasta el jersey ancho de lana. Desde abajo comenzó a subir, meditando sobre si sería buena idea quitarse también la camiseta de golpe, pero no lo hizo.
    
    El joven abrió los ojos, tratando de mantener pétreo su rostro sin mover ni un trozo de piel de su cuerpo. Solo miró a los lados cuando la cabeza de la mujer asomó por la ropa. Vestía con una camiseta de tirantes que le dejaba al aire media tripa, con un ombligo gracioso que estaba a medias entre salir o esconderse. Sin embargo, lo importante se encontraba arriba, en unas tetas gordas y llenas de un líquido que clamaba por escapar.
    
    En el breve intervalo de tiempo que pudo, Jon miró aquellos senos dignos de una ubre bovina llena de leche. Se relamió por dentro, sin dejar escapar su lengua, y deseó poseer a aquella mujer que tantas veces como le fuera posible, no obstante, no hizo nada.
    
    —Tengo un calor… Espero no marearme —dijo la mujer lanzando el jersey a la cama donde yacía el abrigo.
    
    Se separó el pelo del rostro, mirando al joven que parecía palidecer por todas las emociones que guardaba. Fue entonces que un aviso de cordura acudió a su mente. Raquel iba a volver, la llamaría cuando llegara para ver qué tal estaba. No podía montar a semejante potrillo mientras su madre tocaba el timbre sin parar. No era el mejor momento.
    
    —Me voy a tumbar un poco a ver si duermo. Gracias por todo Jon. —la mujer sonrió de forma erótica, sin guardarse la sexualidad que su cuerpo destilaba.
    
    —Un placer ayudarte.
    
    Se dio la vuelta, sin esperar ninguna otra contestación. Salieron ambos del cuarto mientras la mujer miraba la espalda ancha del chico y la deseó tocar. Antes de llegar a la salida, pasaron por el cuarto de su futuro hijo, donde una caja todavía sin abrir seguía contra la pared.
    
    “¡Ya la monto yo…! ¡Ya la monto yo…!” recordó unas frases con cierta rabia. Era siempre lo ...
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