1. Cosas del embarazo


    Fecha: 24/07/2024, Categorías: Infidelidad Autor: LilithDuran, Fuente: TodoRelatos

    ... ser tan viejo como de costumbre y el atractivo que la causaba había decrecido hasta el nivel habitual, cero. Tanto él, como su hijo salieron del ascensor, pero Eva siguió dentro— Creo que voy a ir a por una pastilla a casa.
    
    —Cuídate, cielo. Es importante. Y si necesitas algo, ya sabes dónde estamos.
    
    Eva se dio la vuelta después de despedir a los dos hombres y giró su cuerpo para mirarse en el espejo. Tenía cierto rubor que le cruzaba la nariz de mejilla a mejilla. Al palpar su piel notó el calor, ese que había nacido de una forma tan repentina como extraña.
    
    Suspiró con ganas a la par que la puerta metálica del elevador se cerraba, en el fondo, Fran abría el portal diciendo algo a Jon. El joven le seguía muy de cerda, pero no le hacía caso, Eva supo el motivo al instante.
    
    En el reflejo del espejo, vio como el hijo de Fran giraba la cabeza y clavaba sus ojos en su trasero. La mujer se sorprendió, una cosa eran las miradas furtivas que le lanzaba, pero aquello lo hizo con un descaro insuperable, sobre todo cuando se mordió el labio con ganas como si se quisiera contener.
    
    Eva giró la cabeza según lo vio para… no sabía muy bien para qué. Tal vez para comprobar si el espejo la mentía, o quizá para lanzar una mirada asesina llena de enojo. Con el ceño fruncido, buscó con sus ojos al muchacho, pero Jon ya no la miraba, sino que estaba saliendo por la puerta al igual que su padre.
    
    El ascensor comenzó su lenta subida, mientras la cabeza de Eva seguía dando vueltas debido a la situación con su vecino.
    
    —Cómo me duele… —murmuró volviendo a sorprenderse cuando su imaginación le proyecto nuevas imágenes de Fran embistiéndola por detrás con la fuerza de un toro.
    
    De pronto, las piernas le fallaron, comenzando a temblar como locas y un frío repentino se la metió en el cuerpo. El dichoso pitido del ascensor al detenerse la molestó y viró sus sobre sus talones escapando de ese ataúd metálico que parecía absorberla.
    
    Abrió con cierta ansia su casa, el pecho le palpitaba y sentía que una gota de sudor estaba naciendo en su sien izquierda. Llegó como pudo al sofá, sentándose de forma pesada y provocando que uno de los muelles chirriase.
    
    —Hoy me quedo en casa —le soltó a la pantalla apagada de la televisión, aunque esta no la contestó.
    
    Sin embargo, algo se le ocurrió. Su trasero saltó de los mullidos cojines como cuando no estaba embarazada. Acudió rauda a su cuarto y con la intención de buscar algo en su pequeña mesilla de noche. En el segundo cajón lo encontró, un pequeño aparato con el que cada vez jugaba más… “¡Todo por culpa de Pablo!” maldijo volviendo a la sala.
    
    Allí se bajó los pantalones, quedando estos atrapados en sus tobillos simulando que fueran las esposas de una rea. Las rodillas las tenía liberadas y eso le permitió separar sus piernas al tiempo que se recostaba en el sofá. Con una mano fue a comprobar lo que ya se imaginaba.
    
    No tuvo duda cuando la palma recorrió de punta a punta su húmeda vagina que había soltado ...
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