1. Mi nuera consiguió de mi lo que nadie mas


    Fecha: 22/09/2019, Categorías: Incesto Autor: Juan, Fuente: TodoRelatos

    ... sonreía casi con lágrimas, pensando que esa decisión le daría pie a disfrutar más tiempo de mí, a la vez que veía a Andrés, al que ella adoraba, dar un paso adelante en su carrera.
    
    Les conté punto por punto el esquema diseñado por Julia. Cuando salió su nombre, y que ella también participaría en segunda fila, en la dirección de la compañía, Catalina se la arrebató a Andrés, y la abrazó.
    
    —¡Te lo mereces hija!
    
    Julia se levantó evitando mostrar unas lágrimas, y regresó en unos segundos con una botella de champán.
    
    —¡Por Angel! Que ha levantado una empresa de la que todos nos sentimos orgullosos.
    
    Ni Catalina, ni Andrés percibieron como ella dejó caer en sus copas algo parecido a un polvo, que no arrojó en la mía. ¿Era parte del plan?
    
    En unos minutos, seguramente por efecto de esa acción de Julia, Andrés manifestó un cansancio y somnolencia, que achacamos al cansancio del viaje y la emoción.
    
    —Quedaros a dormir aquí hijo. Y mañana desayunamos juntos celebrando el primer día de la nueva dirección.
    
    Julia apoyó la idea, ayudando a Andrés a dirigirse a la habitación que ellos usaban cuando se quedaban algún fin de semana. Catalina se dirigió ella sola al dormitorio porque tomaba antes de cenar un lexatín para dormir, y consideró que mezclado con el champán le estaba haciendo efecto. Me indicó que no tardara mucho.
    
    Cuando Julia regresó al comedor, la esperaba con dos copas, para hacer un segundo brindis solos los dos.
    
    —¡Por ti! Eres brillante.
    
    —¡Por ti Angel! Tu rapidez en aprobar el plan me ha sorprendido.
    
    Dejó las copas a un lado, bajó mi pantalón cosa que ya sabía hacer bien, y se sirvió directamente.
    
    —Espera —le dije—, ya conozco tu habilidad con la boca.
    
    —No te preocupes, llevan dos lexatines cada uno, no se despertarán hasta mañana.
    
    No me preocupaban ellos, suponía que Julia lo había planeado todo. Me preocupaba
    
    si sería capaz de satisfacer a esa hembra hambrienta de poder, de control, y de sexo
    
    La llevé a una sala contigua que usaba de despacho. Una enorme mesa presidía la estancia con una alfombra de pelo blanco, cubriendo casi toda la estancia, con dos sillones de cuerpo en un lateral.
    
    Nos desnudamos el uno al otro, mientras no dejaba de mover su cuerpo abrazado al mío con una cadencia acompasada, y a jadear, tímidamente primero, más fuerte después, y a hablarme.
    
    —Ayer me dejaste insatisfecha. Quiero más.
    
    La besé por su cuello que además de a rosas ya olía a deseo, le acaricié sus pechos, introduje mis dedos en ese coñito que ya había explorado. Nos tumbamos en la alfombra como contorsionistas, nos giramos, y dejé que se sirviera un mousse de polla como postre, mientras yo me regalaba una cata de ese coñito que renacía a la vida, y empezaba a recobrar la humedad. Recogí líquido de su cosecha antes de que ella pudiera repelar su postre, que, para mi sorpresa, demostraba una vitalidad inusual, más teniendo en cuenta que mis reservas llegaban muy exigidas desde ayer.
    
    La tenía a mi merced, ...