1. La sobrina


    Fecha: 20/07/2024, Categorías: Incesto Autor: Demian1558, Fuente: CuentoRelatos

    ... yo también quiero que esto no termine nunca, me gustaría que tuvieras una pija, porque ahora me doy cuenta que si fuera así no necesitaría más nada, y sería a vos a la que estaría pajeando todo el día, y chupándotela, por favor besame, quiero sentir tu lengua para poder imaginar mejor cuando me la metas en la concha, porque hoy me la vas a chupar, no es cierto, ya basta de pruebas y comprobaciones, hoy te vamos a recoger como a tu hermano, no es cierto preciosa?
    
    A: Ay! Maiha creo que sí, que ya no tengo vuelta atrás, Pablo por favor sacásela del culo y cógeme a mí, y vos date vuelta que vas a ver lo que soy capaz de hacer con esta lengua!
    
    Me di vuelta para contemplar la cara de lujuria de Ana, solo verla con los labios entreabiertos y asomándole la punta de la lengua punta entre ellos mientras se acercaba y alejaba lentamente hacia los míos haciéndome desear, me hizo olvidar que Pablo me había sacado la pija que tanto me gustaba y estaba tratando de meterla en la conchita virgen de Ana, la agarré por el cuello y traté de besarla, pero solo logré que ella con una sonrisa cargada de lujuria ladeara la cabeza de un lado a otro y apenas me rozara los labios con su lengua.
    
    Por fin su lengua entró en mi boca y empezó a enredarse con la mía, yo estaba enloquecida con este beso empapado con nuestras salivas que chorreaban por nuestros cuellos y terminaban colgando en gotas en nuestros pezones. En un momento Ana se separó para mirar nuestras tetas ensalivadas y comenzó a refregar las suyas contra las mías, la boca entreabierta se dirigió a uno de mis pezones, cuando estaba llegando se ve que la cabeza de la pija de Pablo se le debe haber hundido en esa raja cuyo camino habían facilitado los consoladores de mi sobrina, porque ella desesperada se prendió a mi teta con tanta pasión, que le metí una de mis piernas entre las suyas le agarré las nalgas y comencé a cogérmela refregando nuestros clítoris contra los muslos.
    
    El cuerpo de Ana serpenteaba entre el cuerpo de Pablo y el mío de una forma desesperada, su piel estaba tan caliente que tanto mi marido como yo nos aferrábamos uno al otro para aplastarnos contra ella deseando saciarla, volví a besarla con la misma pasión con que ella lo había hecho, llevados por el éxtasis que provocaba esta pendeja en ambos, mi lengua la penetró tan profundamente en la boca al mismo tiempo que lo hizo a pija de Pablo en su concha hasta los huevos, anunciando la acabada al unísono de los tres.
    
    Cuando Ana pudo dejar de estremecerse por la acabada nos preguntó con una sonrisa hermosa:
    
    A: Bueno tíos, pensemos cómo hacemos para organizar una caliente reunión de familia? 
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