Fetiche de guantes, correazos y humillación - Relatos Eróticos

Fetiche de guantes, correazos y humillación

... cerrada por un collar grueso y su apestosa mordaza en mi boca. Mi boca degustaba un fuerte sabor a suciedad de sus bragas. Me sentía completamente humillado y no podía hacer nada para remediarlo, no podía moverme un milímetro y no podía articular sonido alguno con su mordaza metida hasta el fondo de mi boca. Mi tía, a quien llamaba la bruja por su aspecto, se había convertido en una bruja de verdad. Estaba asustado, descocía que iba a hacer conmigo, pronto lo descubriría.

La tía Elena se dirigió tranquilamente hacia un armario a sabiendas que no iría a ninguna parte. Abrió el armario y sacó un cinturón de cuero grueso de piel. Era un cinturón suyo que frecuentemente utilizaba sobre sus vestidos como adorno y para que el vestido la quedase ceñido debido a su voluminoso cuerpo. Era una correa gruesa marrón oscura larga. Comenzó a anudarse un extremo de la correa sobre sus guantes de goma mientras se dirigía de nuevo hacia la cama donde me encontraba inmovilizado y silenciado. Me bajo los pantalones hasta los tobillos y me dejó humillado inmovilizado frente a ella casi desnudo.

-Voy a hacer lo que tenía que haber hecho hace mucho tiempo. ¡¡ Romperte el culo a correazos ¡¡ . No voy a consentir que seas un hombre despreciable como tu padre. Vas a aprender la lección. Esto te va a doler y mucho, pero a mí me da igual. A ti no te ha importado los llantos de tu madre, no te ha importado los problemas que nos has causado, no te ha importado como has tratado a aquella chica…. Desde hoy va a ser diferente –. Deslizó su cuerpo hacia atrás y descargó la correa duramente en mi culo.

ZAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAASSSSSSSSSSSSSSSSSSS

Azotó con mucha fuerza, iba completamente en serio. Mi tía tenía todo planeado, sabía que su castigo debía ser terriblemente duro. Azotó con gran intensidad, el chasquido resonó en toda la habitación. Sentí como su correa producía fuego en mi piel. Deseé gritar de dolor, pero su mordaza era realmente efectiva, no pude articular protesta alguna. Aguanté en silencio la mordida de su correa en mi piel.

ZAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAASSSSSSSSS Me dio el segundo correazo fuertemente, el dolor fue en aumento. Cada correazo dolía más y más.

ZAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAASSSSSSSSSSSSS ZAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAASSSSSSSSS ZAAAAAAAAAAAAAAAAASSSSSSSSSS

Utilizó su fuerza para azotarme en la piel de mi culo. La correa provocaba un dolor terrible. Quemaba mi piel y me hacía saltar las lágrimas. Lloraba como una niña desconsolada, pero a ella no la importaba tal como me advirtió. Continuó azotándome otra vez mientras recriminaba a cada correazo mi comportamiento y me indicaba como debía de comportarme a partir de ese momento. Yo permanecía en silencio amordazado e impotente , solo se escuchaba su voz en la habitación.

-No vas a volver a faltarnos al respeto a tu madre o a mí nunca más….. ZAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAASSSSSSSSSSS

-Nos obedeceras en todo – ZAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAASSSSSSSSS

-Vas a ayudar en ...