El ascenso del Súcubo - Relatos Eróticos

El ascenso del Súcubo

... Miré a Esmeralda al mismo tiempo que Alive comenzó a cabalgarme, era mi Plan B contra estratagemas como la que podía tener Alive en mente. Ella es inmune a los ataques mágicos, una vampira putona hija de una vampira muy especial y poderosa, atada a mi, he reforzado esa protección. Si intenta algo…

Me eché hacia atrás mientras Alive saltaba sobre mi polla. Esmeralda se sentaba a mi lado en el sofá, y me besaba mientras me follaban. La vampira, dejándose llevar por la pasión, me agarró del cuello y me besó. Pensaba que me iba a clavar sus colmillos, pero no llegó a hacerlo. Mis huevos chocaban contra su coño con cada cabalgada. Y yo gozando en toda mi gloria de tener a dos hermosas y bien dotadas mujeres que gozan a mí favor. La vanidosa alada oscura recibió mi semen en todo su coño, que pronto iba a preñar pero de momento quería quedarme a solas con mi esclava. Lo cierto es que había crecido mi favoritismo hacia Esmeralda, se había sometido voluntariamente y era mi mascota por voluntad propia. Era increíble en la cama y lo más importante, tras tanto tiempo sin verla iba a llenarla de semen.

–Quiero ver tú don.

Unas marcas luminosas crecieron por todo su cuerpo, y se sentó en mis piernas. Descargué entonces toda mi magia contra ella para comprobar que seguía siendo inmune. Daba igual que le hacía, su cuerpo absorbía la magia como una esponja.

–Alive va de sumisa, pero puedo oler sus intenciones.

–Yo también, ama.

–Se que mi personalidad sumisa volverá, por eso quiero que actúes como ama en mi nombre. Haz que Alive te suplique por más y más sexo.

–Tus deseos son órdenes, ama.

–Bien, ya sabes que hacer.

Conozco bien a Alive y si sé algo es que quiere utilizarme como arma en su favor. Por eso está aquí. He estado tanto tiempo con ella y ella fue tan débil conmigo que ahora se ve venir sus pasos. No podré confiar en ella hasta que la tormenta que está por venir pasé. Ojalá no tuviera que cargar con una maldición tan debilitante, y lo peor es que solo cuento con Esmeralda. Laura se ha obsesionado con alejarse de mí para entrenar y recuperar su fuerza. Ella es una súcubo de pleno derecho, no necesita fuerza, ya es poderosa y mi esclava. No dudo de que siga sintiendo lo mismo, pero la hecho de menos. Quizás no tendría que haberle dicho tan pronto que quería utilizarla para acabar con la semidiosa de las Eclipse, se ha alejado de mí para prepararse. No puedo esperar a ver el resultado de sus entrenamientos.

–Echo de menos a Laura, quiero que vuelva.

–Pues hazla venir, eres su ama.

–Tiene que entrenarse, y es cierto que la distraigo. Ya le he dicho que cuando termine quiero libres y lejos a esas hermafroditas que tiene con ella.

–Eres una ama muy hambrienta.

–No se porqué me quejo tanto, aquí te tengo para mí sola.

Ella leyendo mis necesidades, se colocó de rodillas entre mis piernas y tragó mi polla. Una vez había demostrado que su garganta era capaz de aguantar mi miembro lo sacó y comenzó a jugar con él. ...