Disciplina doméstica, mi suegra y mi mujer. cap 4 - Relatos Eróticos

Disciplina doméstica, mi suegra y mi mujer. cap 4

... azotes, necesitaba azotar a alguien sentir su completo dominio. Mi suegra Claudia empezó a estar irascible conmigo, no le gustaba como realizaba las tareas, como la trataba…. En fin, necesitaba azotarme, pero mi mujer no lo consentiría de aquella manera. Su ansia por azotarme comenzó a crecer más y más.

En tan solo una semana sería el cumpleaños de mi mujer. Recibí el encargo de mi suegra de ir a comprar el regalo de mi mujer. Sería un regalo conjunto de ambos. Descubrí que era toda una madraza, se aseguró de buscar el regalo perfecto para sorprenderla. Me encargó que fuese a una agencia de viajes, adquiriese un fin de semana en Francia con entradas para el museo de Louvre. Mi mujer hacia mucho tiempo que deseaba acudir a aquel museo, era una amante de la pintura. El regalo fue carísimo, pero el dinero era lo de menos, la daríamos una auténtica sorpresa y además reservamos dos pasajes; uno sería para mi mujer y otro para mi suegra. Yo estaba entusiasmado, estaría un fin de semana completamente solo en casa, como si fuera un chaval que puede hacer lo que quiera porque sus padres no están. Estaba deseando de poder mis partidos de futbol, beber mis cervezas, comer pizza y no las asquerosas verduras de mi suegra que me hacía tragar de su propia mano enfundada da en guantes sucios

Celebramos el cumpleaños de mi mujer, fue una cena fantástica en casa. Reírnos, disfrutamos y por supuesto mi cara acabo dentro de la tarta con las consiguientes carcajadas de las señoras. Llegó el momento de entregar el regalo a mi mujer. La señora Claudia entrego un sobre lacrado a mi esposa, lo abrió entusiasmada y contemplo su regalo; dos billetes de avión para Francia un fin de semana, entradas para el Louvre y un hotel de cinco estrellas. Mi mujer quedó entusiasmada, una lágrima resbalo por su cara.

-Gracias Mama y Manuela - Dijo sorprendida y entusiasmada.

-Lo pasaremos genial juntas mama –Le dijo a su madre ya que sería su acompañante.

-Ohhhhh, no querida hija…. Los dos pasajes y entradas son para ti y tu amiga Paula, lleváis mucho tiempo queriendo ir. Yo no lo disfrutaría …. disfrutarlo las dos, son para vosotras -Contestó su madre con una gran sonrisa viendo feliz a su hija.

En ese momento a mi prácticamente se me cayeron las bragas por debajo del vestido de criada. ¿Las entradas eran para mi mujer y su amiga? Aquello significaba que volvería a quedarme un fin de semana a solas con mi suegra la señora Claudia.

Mi mujer se levantó de la mesa entusiasmada, besó a su madre en la cara, a mí me dio un tortazo y sonrió afectivamente y corrió a llamar a su amiga Paula para contarla los planes que tanto iban a disfrutar. Quedé a solas con mi suegra en la mesa.

-Tu y yo vamos a disfrutar mucho ese fin de semana. Vamos a desempolvar todos los objetos guardados del garaje. ¡¡ Hace mucho que no te rompo el culo a correazos¡¡Vamos a disfrutar mucho, ¡¡ ¡¡ vamos sonríe¡¡ - Me ordenó mi suegra.Fue la sonrisa mas falsa de toda mi vida, comencé a digerir lo ...