1. Disciplina doméstica, mi suegra y mi mujer. cap 4


    Fecha: 29/03/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: sumisso, Fuente: TodoRelatos

    ... agarraba un instrumento de castigo, como pudiese ser su correa, se transformaba en una verdadera bestia con una sed terrible por azotar. Una vez terminaba su gran obra maestra disfrutaba observando el culo magullado, e incluso obligar a sus victimas azotadas a sentarse en una silla para comprobar como el simple hecho de permanecer en reposo sobre una silla les producía dolor, un dolor terrible causado por ella.
    
    Tal como he comentado, no volví a ser azotado tras nuestro primer día a solas, fui completamente obediente y escapé de una segunda tunda de correazos. El ultimo día antes del regreso de mi mujer ayudé a mi suegra a ocultar todos los instrumentos de castigo que había diseñado. Mi mujer era estricta, pero nada comprado con la señora Claudia. Como sois conocedores a la Señora Arianna, mi mujer, no le gustaba nada que su madre me azotara con aquella crueldad, ya me había salvado en varias ocasiones, excepto en la definitiva en el garaje.
    
    Mi suegra y yo, guardamos todos sus instrumentos de castigo en una caja de cartón grande. Metimos su correa que tan pacientemente diseño, sus guantes, candados, cuerdas, cadenas… Cerramos la caja y la dejamos en una estantería del garaje. El enorme Potro lo cubrimos con una sábana negra, así disimulaba. Ocultamos todo ante los ojos de mi mujer. La señora Claudia me ordenó que no dijese una sola palabra sobre nuestro encuentro en el garaje, por supuesto que no iba a decir nada, no era tan estúpido, aquello solo me traería numerosos problemas que no deseaba tener. Mi mujer nunca bajaba al garaje, su secreto estaba a salvo, pero tomamos las precauciones de ocultar todo correctamente.
    
    El día que llego mi mujer y abrió la puerta de casa se encontró con mi suegra y a su lado un servidor vestido con mi traje de criada completamente limpio y reluciente. Se llevó una gran sorpresa, comenzó a reír y a reír sin parar, se destornillaba de risa observándome vestido de criada de aquella forma tan femenina y mi peluca rubia. Agarré sus maletas y las conduje a su habitación. Mi mujer Ariana notó un profundo cambio en mi interior, era completamente servidor, la agradó profundamente. Mi suegra sonrió satisfecha por mi comportamiento. Mi mujer Ariana se acercó a mi y me bautizo, a partir de ese día sería la criada “ Manuela “ .Ambas mujeres rieron a carcajadas, ahora tenían servicio doméstico privado en su hogar.
    
    Transcurrieron varias semanas tranquilas. Mi mujer me consideró su criada personal, me trató como una señora a su servicio. Estaba orgullosa de mi y de mi trabajo como criada. La satisfacía en todos sus deseos. A veces eran tareas domésticas y continuos encargos y otras me penetraba con su arnés por las noches. Nuestro matrimonio volvió a una aparente normalidad sin sobresaltos y discusiones. No todo podía ser perfecto, noté como mi suegra comenzó a estar irritada. La señora Claudia, mi suegra, deseaba una criada, pero sobre todo necesitaba saciar su sed de azotar, sentía una especial atracción por los ...
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