Difícil de asimilar, mi iniciación (3) - Relatos Eróticos

Difícil de asimilar, mi iniciación (3)

... el vibrador, ahora era más suave que antes, a este nivel podía controlar mis gestos y conversación con el camarero pero me estaba empezando a excitar y mi cuerpo ya no hacía caso a mi cerebro.

Entonces le dije una botella cualquiera para que se fuese porque no podia aguantar mas pero el señor Vicente me interrumpió y dijo:

Espere, léanos toda la carta, por favor - mientras me sonreía de nuevo

El muy cabrón quería que me corriese allí delante del camarero pero yo intentaba concentrarme en otras cosas, aunque era difícil, el vibrador funcionaba muy bien y mi coño empezaba a lubricar y a disfrutar con la vibración.

Intenté cerrar las piernas y parecía que controlaba un poco mejor el placer, lo mitigaba un pelín…

Entonces el señor Vicente me volvió a mirar y empezó a pulsar sin parar el vibrador…me temía lo peor y entonces lo noté…mi coño estaba ardiendo, me sujeté a la mesa para que no se notara y le volví a decir una botella al camarero rápidamente para que se fuese.

Mientras se iba el señor Vicente siguió pulsando mas y mas, no me podía aguantar…

Entonces abrí las piernas y, dentro de mi, explotó una bomba de placer como nunca antes había tenido masturbándome.

Di un ligero grito y mi respiración se entrecortaba, casi me mareo y me caigo de la silla…

Mi cuerpo empezó a convulsionar y mi pelvis se movía como con vida propia.

Fue uno de los orgasmos más placenteros y largos que había tenido nunca…

Entonces volví a la realidad, allí estaba, el señor Vicente con una sonrisa de oreja a oreja y yo con la cabeza agachada muerta de vergüenza por lo que acababa de pasar.

¿Has disfrutado putita? - me preguntó mi amo

Sss ssi amo - dije con voz temblorosa aún del orgasmo que había tenido.

Entonces sin casi tiempo a reaccionar empezó a vibrar de nuevo el coño, lo había vuelto a encender, le miré con ojos de súplica para que parase, pero lejos de hacerme caso me dijo:

Ahora te vas a poner debajo de la mesa y vas a tener la primera comida del dia

Me quedé inmóvil, me costaba reaccionar a sus órdenes y se que eso le enfadaba.

He dicho ahora! - gritó

Me asusté por el grito y me puse debajo del mantel, de rodillas, y vi debajo de él una mano que se situaba en el pantalón, la suya que hacía por dejar libre su gran polla sudorosa.

Ahí la tenía de nuevo, por tercera vez, la polla del señor Vicente, no me acostumbraba a verla y siempre me dejaba anonadada cuando la miraba, grande, con líquido preseminal fluyendo por su tronco, con ese olor característico que me ponía cachonda…

Siempre me hacía perder la noción del tiempo mirar esa polla.

¡Chúpamela, puta! - dijo mi amo haciéndome despertar de mi letargo

Como hipnotizada fui gateando por debajo de la mesa, con el vibrador metido en mi coño sin parar de vibrar y con los ojos fijados en la polla de mi amo, esa polla que me daba repulsión pero placer a la vez, esa polla que odiaba pero quería a la vez, esa polla que ya imaginaba en mi boca y eso hacía que ...