1. El reto de la bomba temporizada 3


    Fecha: 25/06/2024, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Alstier, Fuente: TodoRelatos

    ... llegaban por sorpresa, a veces todos seguidos, a veces con segundos o minutos de separación entre uno y el siguiente.
    
    Le quitaron la mordaza, ella tosió al tener la boca libre, pero fue por poco tiempo. Su amo la tomó por el pelo yle metió la polla en la boca. Aquello no fue una mamada, fue un hombre follándose la boca de una mujer indefensa. La máquina aceleró hasta lo que ella crecía que era el máximo en ese momento, y ya no sabía cuántas veces se había corrido o cuánto tiempo llevaba ahí. Al final,él se la metió hasta el fondo,su pubis rozándole la punta de la nariz,y no dejándole otra opción que tragarse toda su descarga.
    
    Cuando él se la sacó, ella permaneció con la boca abierta, esperando que la volviera a amordazar… pero en su lugar volvieron a meterle el pene en la boca…
    
    ...pero no era igual. Era más grande. Era más peludo. No olía igual.
    
    No era Mario.
    
    Se le disparó el corazón y el miedo. Intentó luchar contra las ataduras, pensó en morder, pero alguien le quitó el auricular de la oreja izquierda.
    
    —¿Qué te crees que estás haciendo?—le dijo Mario, autoritario—.Sigue portándote así y te dejaré toda la nochecon la máquina.
    
    Ella asintió como pudo, pues quien fuera el otro hombre ya había empezado a follarle la boca, y Mario volvió a colocarle el auricular, sumiéndola en la oscuridad y el ruido blanco. Aquella tarde acabó dando placer con su boca a tres penes más, sin saber si se la había chupado a dos, tres o cinco hombres distintos.Siguieron aplicándole lubricante regularmente, volvieron a azotarla y en algún momento jugaron con un vibrador sobre su clítoris, haciéndola gritar por la sobre estimulación. También le colocaron unas pinzas que dolían una barbaridad, y estiraron de ellas poco a poco hasta que se las arrancaron de los pezones con un doloroso chasquido metálico. Repitieron esto varias veces y, a la última, de haber tenido la boca libre, Lucía les habría suplicado que pararan, que la fustigaran pero que no le hicieron eso más.
    
    Finalmente, no supo cuánto tiempo después, empezaron a soltarla, pero no le quitaron ni la venda, ni la mordaza ni los auriculares. Entre al menos dos personas la sacaron de la silla, la llevaron en volandas a la cama y la ataron con la misma con brazos y piernas extendidas hacia las cuatro esquinas. Ella imaginó lo que iba a pasar antes de que ocurriera: pronto alguien se echó sobre ella y empezó a follársela. Luego lo hizo un segundo hombre. Luego repitió el primero, ¿o quizá había un tercero? No tenía idea. Y un cuarto. Y un quinto. O quizá eran tres. O quizá dos con muchas ganas de repetir. La posibilidad la volvía loca.
    
    Mucho tiempo después, cuando perdió la cuenta después de que la follaran por sexta vez,la dejaron a solas. Dejaron de follársela. De fustigarla. De estimularla. No tenía ningún aparato llevándola al orgasmo o unas pinzas haciendo que se retorciera por el dolor. Se quedó quieta, sintiendo tan solo las cuerdas que la amarraban y una brisa que enfriaba la humedad de ...
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