Clítoris reventado - Relatos Eróticos

Clítoris reventado

... estimulases el clítoris, por favor."

La enfermera levantó en la mano un vibrador pequeño y estrecho... La doctora echó un poco de lubricante en mi clítoris y la enfermera comenzó a frotar el pequeño vibrador en mi clítoris... Mientras lo hacía, grité... Los moretones y el dolor atravesaron mi clítoris enormemente agrandado.

- "¡Ooohhh!... ¡No, no, detente!... ¡Duele!"

- "Eso es de esperar, pero debo ver ahora resultados de lectura de orgasmos que tienes esta mañana", me dijo enérgicamente la doctora y le cogió el vibrador a la enfermera.

Mientras un zumbido bajo pero poderoso llenaba el aire, sentí que me invadía el miedo: mi clítoris estaba doliendo terriblemente.

La doctora comenzó a mover mecánicamente el vibrador arriba y abajo de mi enorme clítoris... Puso una mano debajo de él para ahuecarlo y continuó masajeándolo de arriba abajo.

Di un sollozo y grité:

- "¡Quiero irme a casa!"

- “No, no... Vamos, calva, haz lo que dice la doctora... Es lo que siempre quisiste... Lo estás viviendo ahora... Sé una buena chica y haz caso a la doctora", me dijo Anna, apoyando su mano en mi suave cabeza pelada.

Las lágrimas manchaban mis mejillas y dije sollozando:

- "D-d-duele... ¡Noooo, por favor!... ¡Por favor!"

La doctora apartó de mi clítoris el pequeño consolador y lo apagó.

Podía sentir el órgano hinchado subiendo y bajando mientras me recuperaba... La doctora tomó su estetoscopio y lo presionó contra mi clítoris para escuchar el flujo de sangre.

- “¿Tienes un dolor muy intenso?

- "¡Sí, doctora!"

- "Es de esperar... Pero eventualmente lograrás tener un orgasmo... Continuaré hasta que lo logres", me dijo asintiendo.

Y volvió a encender el consolador y continuó moviéndolo arriba y abajo de mi clítoris congestionado y brutalmente hinchado... El dolor y el placer parecían confundirse, pero sollocé en voz alta... Anna acarició mi cabeza calva.

- "Vamos, perra calva... Mi calva afeitada, pronto será circuncidada... Córrete para la doctora... Córrete fuerte."

Mientras susurraba, sentí un cosquilleo de placer.

- "¿Está cerca de correrse, verdad?", preguntó la doctora.

Anna asintió.

- “Córrete por mí, mi paciente calva”", dijo la doctora.

Y presionó el consolador con más fuerza, ignorando mis sollozos, mientras movía el juguete arriba y abajo, lentamente, una y otra vez.

Mi clítoris estalló de placer... Grité y grité... El flujo vaginal brotó de entre mis piernas.

- "¡Oooohh!... ¡Mmmm!... ¡Nooo!... ¡Oooh!... ¡Me corro!... ¡Me duele!”

Podía sentir mi clítoris hinchado, subiendo y bajando mientras me recuperaba.

La doctora cogió su estetoscopio y lo presionó contra mi clítoris para escuchar el flujo de sangre. mientras me retorcía de la incomodidad.

Se apartó y dijo satisfecha:

- "Esto suena bien... Puedes descansar ahora... No más orgasmos hasta mañana... ¡Es una orden!"

Nos dejaron solas a mí y a Anna... Me recosté con las piernas abiertas mostrando el clítoris monstruoso y ...