Clítoris reventado - Relatos Eróticos

Clítoris reventado

... mirar, pero tengo que lavarme y vestirme para el quirófano."

Entró una enfermera... Me miró sentada allí, calva y desnuda... Luego su mirada pasó entre mis piernas durante unos instantes y por la cara que puso, debió haberse estado preguntando por qué querría seguir adelante con esto.

- “Acuéstese sobre la mesa con los pies en los estribos”, me dijo.

La obedecí y ella ajustó los estribos para que quedara abierta, alta y separada, con todos los agujeros a la vista... Una segunda enfermera entró en la habitación y miró entre mis piernas.

- "Veo que la paciente ya está siendo preparado... Comience con el enema”... Y me separó las nalgas con firmeza.

La primera enfermera tomó un gran pesario negro y lo metió con firmeza dentro de mi ano... Luego me sacaron las piernas de los estribos y me ayudaron a levantarme... La enfermera trajo un inodoro y me dijo que me sentara en él.

Me sentí un poco avergonzada, desnuda y sentada en un inodoro frente a mi amante Anna y dos enfermeras, pero ese pesario dentro de mi ano, me producía hormigueos.

Al principio no pasó nada... Sentada allí, le sonreí tímidamente a mi amante Anna y me quedé en silencio... Las enfermeras se prepararon y trajeron un cuenco con agua y unas toallitas húmedas... Luego colocaron los tubos del catéter en el carrito, junto con una botella de yodo y un paquete de algodón... El carrito lo colocaron al lado de la mesa de examen.

- "¿Algún movimiento?", me preguntó la primera enfermera.

- "Nada."

Hablé demasiado pronto... Comencé a sentir una serie de enormes calambres muy adentro y la necesidad incontrolable de esforzarme.

Mierda caliente cayó de mi ano, salpicando ruidosamente... Luego se me escapó un pedo, seguido de otra ráfaga de aire que hizo que mis mejillas se sonrojaran.

Mi intestino volvió a tener espasmos y el temblor de mi cuerpo hizo que expulsara heces sueltas que cayeron ruidosamente.

Llegó otro pedo débil y me quedé sin aliento.

Mis intestinos nunca antes se habían vaciado tan rápido.

Las enfermeras me levantaron del inodoro y me pusieron de nuevo en la mesa, con las piernas sobre los estribos... Me limpiaron el culo después de separarme las piernas para poderlo hacer sin problemas.

Luego una enfermera tomó un rociador de agua manual y me lavó brutalmente el culo... Me hizo chillar y, sin hacerme caso, separaron aún más, mis piernas... Quedé esta vez muy abierta.

La segunda enfermera empapó un gran trozo de algodón en yodo y lo deslizó sobre mi montículo púbico y luego por mis labios mayores... Me abrieron de par en par y me limpiaron por dentro, lo que me arañó y me picó mucho.

Luego, con algodón, me limpiaron a cada lado de mi grieta vaginal, antes de que también limpiaran mi ano... Por si acaso, la otra enfermera me sostuvo abierta y vertió el resto de la botella de yodo sobre mi carne interna.

- "¡OOOOOooowwww!", grité de dolor.

- "Tranquila... Casi termino", dijo la primera enfermera.

Ella cogió cuatro ...