1. Leticia empieza a descubrir nuevos caminos


    Fecha: 22/06/2024, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Poyatos, Fuente: TodoRelatos

    ... le acariciaba el clítoris suavemente, con ternura. Pero necesitaba más, quería tenerla en mis brazos y estrujarla con pasión.- Vamos a la parte de atrás, con los cristales tintados no nos verán desde fuera-. Le ordené con algo de urgencia.
    
    La recosté en los asientos y le levanté la falda para bajarle las bragas. No pude esperar más y me agaché a besar sus muslos hasta llegar a sus labios vaginales. No podía creer que su vagina fuera tan tierna y sabrosa. Estaba ella también muy excitada y los líquidos vaginales corrían por mis labios hasta la boca. No podía dejar de chupar y le metía la lengua con lujuria para tragarme su jugo con un sabor virginal.
    
    -¡Aggg, agg, qué gusto, Leticia! Sigue, por favor, me voy a correr. ¡Qué lengua tan suave tienes!
    
    La cogí con las dos manos para levantarla un poco y poder llegar más hasta el fondo con la lengua. Era la primera vez en mi vida que hacía algo así y estaba totalmente ciega de pasión. Nunca me había podido imaginar sentir tanto placer con una mujer. Además, sentía un gozo sublime al percibir una posición de dominio hacia la niña que tenía a mi disposición.
    
    -Irene, ¿sabes que me gusta el chochito de niña que tienes?-. Le dije metiéndole dos dedos en el coño follándola con vigor-. Me gusta la cara que pones cuando estás excitada. ¡Ahora, mírame a los ojos y córrete, cariño!
    
    Y empezó a gemir muy suavemente, a la vez que caían por mi mano las secreciones. Se retorcía de placer buscando más mis dedos y los jadeos eran cada vez más profundos. ¡Qué carita de ángel ponía! No me pude aguantar y caí encima de ella para besarla y chuparla por la cara, los labios, la nuca, el cuello….
    
    -¡Te quiero, Irene, te quiero….eres un encanto! Me gusta tu olor, tu sabor, todo, todo-. Le decía a la vez que la achuchaba.
    
    Acabamos abrazadas, con la cabeza de Irene en mi pecho. Le acariciaba el pelo con cariño, ella me miraba con cara de niña buena.
    
    -Yo también te quiero mucho, cariño-. Ronroneó a mi oído acercándose a darme un besito muy tierno en los labios. Después se agachó para desabrocharme los pantalones y me dijo sonriendo -. Ahora déjame a mí probarte.
    
    Llegué tardísimo a la casa de mis suegros. Estaban todos con las caras largas en la mesa esperándome. Me tuve que excusar inventando una historia inverosímil de una amiga en apuros, con escaso éxito por el gesto adusto de Álvaro.
    
    Al llegar a casa le compensé con una buena mamada y un polvo rápido. ¡Pobrecito Alvarito, no aguantó ni cinco minutos mis cabalgadas encima de él! Ahora lo tenía durmiendo satisfecho con su cabeza encima de mi pecho. ¡Qué encanto de chico! Le había pedido disculpas una vez más y me había dado un beso amoroso perdonando el plantón.
    
    Por supuesto, yo de nuevo me había quedado con ganas de correrme. Y el recuerdo del encuentro con Irene todavía lo tenía presente y aún llevaba peor el ansia sexual que me abrumaba. Todavía me asaltaban las imágenes de verla agachada lamiendo mi vagina con fruición. No había podido evitar ...
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