1. ¿sobrino?


    Fecha: 16/06/2024, Categorías: Fetichismo Incesto Autor: escritore, Fuente: SexoSinTabues30

    ... dormido y me levanté para dejarlo en su cuna, mientras me inclinaba para dejarlo suavemente, Julián aprovechó la situación y me la metió de golpe.
    
    – MMMMM, AGHHHH- un fuerte gemido de escapó de mí boca y Julián rápidamente me la tapó con su mano, por suerte el bebé no se despertó.
    
    Su pene era grueso y me raspaba un poco por dentro, una pequeña incomodidad, que me hizo retorcer de placer.
    
    – Tranquila tía, no te emociones, apenas empezamos- Dijo, pudo sentir como mí coñito hacía presión debido al extremo placer.
    
    Su pene se fue hundiendo en mi interior friccionando más fuerte mis paredes internas y me encantaba sentirlo dentro, así que empiné más el culo, al hacerlo, la sensación se hizo más intensa y casi me hizo ver las estrellas, mi coñito se contraía involuntariamente apretando aquel pene mágico hurgando mi interior, derrepente lo sacó y sentí un vacío, iba a protestar, cuando me agarra y me pone en 4 sobre el piso, arrimó su verga y la cabeza recorrió toda mi rajita, desde mi clítoris hasta mi espalda, una y otra vez, cada que pasaba por mi hoyito la apoyaba y empujaba ligeramente, causándome un estremecimiento y continuaba su camino, me estaba manejando magistralmente, sentía que cada vez mi hoyito se contraía un poco más, hasta que en una de esas ya no continuó su camino y me la metió de una sola vez, sentí que los pliegues de mi coño se estiraban hasta coincidir con el diámetro del grueso hongo, produciéndome el dolor más terrible que haya sentido jamás, fue como si me hubiera entrado un cuchillo al rojo vivo, indudablemente había desgarrado mis pliegues vaginales, intenté zafarme, pero sus manos me sujetaron con fuerza de la cintura, mordí mis labios para no gritar, lágrimas escurrieron por mis mejillas.
    
    – Shhhh, Tranquila tía, tranquila, ya entró toda.
    
    – Sacala, sacala por favor, siento que me partes en dos, aghhhh.- le imploré
    
    – Aguanta, aguanta un poquito, pronto pasará el dolor y disfrutarás como loca.
    
    Así lo hice, cerré los ojos e intenté relajarme y olvidarme del dolor, pensando en el placer que sentiría después, cuando esa inmensa barra de carne me estuviera recorriendo una y otra vez por dentro, mientras tanto Julián acariciaba mis pechos y mi espalda, así como mis nalgas, poco a poco el dolor fue cediendo y mis súplicas de sácala, sacala por favor se hicieron más distantes y tenues.
    
    Después de unos segundos empezó un lento vaivén, la sacaba un par de milímetros y la metía un poco más, ganando terreno en cada embestida, sentía como mis fibras musculares se estiraban al máximo al punto de hacerme doler, mis súplicas de sácala se convirtieron en despacio, despacio, sentía que me reventaba por dentro.
    
    Mis gritos, eran ahogados por la música.
    
    La canción parecía el consentimiento de mi marido, en eso estaba pensando, el ardor se estaba convirtiendo en algo placentero, me hacía recordar el dolor que sentí cuando me desvirgaron por primera vez y empecé a disfrutar ese dulce martirio, empecé a culear ...
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