1. ¿sobrino?


    Fecha: 16/06/2024, Categorías: Fetichismo Incesto Autor: escritore, Fuente: SexoSinTabues30

    ... lamió cada centímetro de mi piel, lo hacía maravillosamente a pesar de su corta edad, la piel se me erizó, pronto sentí que me sacaba la tanga por completo y separando mis nalgas me empezó a lamer toda la rajita, su lengua recorría desde mi clítoris a mi culito, sentí que me desmayaba de placer, todo mi cuerpo se estremecía, no pude evitar dar un gemido de placer, me estuvo lamiendo y chupando mi coñito y culo por unos 15 minutos, metía la puntita de su lengua en ambos agujeros, hundía su cara entre mis nalgas, su nariz rozaba mi esfínter y aspiraba lo cual me provocaba una rara sensación, como si una corriente eléctrica me recorriera por dentro, al tiempo que decía.
    
    – Puta madre, que culo, me encanta tu olor a culo, tía, es suave, rico.
    
    Se notaba que era un sucio, un depravado, pero yo no lo podía juzgar porque mientras disfrutaba con su lengua en mí ano también gozaba de como mí bebé succionaba mí pezón, me tenía en sus manos, cada cosa que me hacía me prendía, entonces se puso a succionar mi ano como si fuera un pulpo y todo mi cuerpo se retorció, espasmos recorrían mi columna vertebral, me dejó la colita palpitando, me dio vuelta acostándome sobre el sillón, mientras yo continuaba con mí bebé en brazos chupando mí pezón, se agachó y levantó mis piernas, empezó a restregarme su verga por el coño, su verga era bastante grande para su edad, unos 18cm, la verga de mi esposo la superaba con creces, pero muy gruesa, la más gruesa que haya visto, sonrió y dando un empujón entró la cabeza, estirando mis pliegues, lo que me provocó un gemido de placer y un ligero ardor.
    
    – Ay putita, que estrechita estás, que rico coño, y me encanta ver cómo disfrutas de una verga con tu bebé encima.
    
    – Ufff, tu verga es tan gruesa, me lastima, agghhh, despacio.
    
    Siguió empujando poco a poco, lentamente, sentía como la gruesa verga iba abriendo mis entrañas, centímetro a centímetro, la sensación era muy intensa, mordía mis labios y arqueaba mi espalda para no gemir y gritar, hasta que en un último empujón me penetró con un golpe de caderas hasta el fondo, un grito de placer y dolor salió de mi boca, al sentirme totalmente empalada por esa tremenda verga.
    
    – Listo tía, ya te la ensarté toda, ahora viene lo bueno- dijo con una sonrisa burlona.
    
    Empezó un lento vaivén, me sujetó de las caderas y el sillón mecedora empezó a hacer de las suyas, aumentando la velocidad y profundidad de los embistes, el placer me invadía, aunque intentaba no gemir, era imposible, por más que apretaba mis labios no podía calmar mis gemidos, se movía tan rico, ensartándome y apretando mis nalgas, aunque estaba bien lubricada esa verga frotaba los pliegues internos de mi vagina con mucha intensidad, su pelvis chocaba contra mi coño, me derretía de placer.
    
    – Agghhh, ufff, siento que me abres toda, que verga niño, me partes, ufff, aaaghhh,- gemía.
    
    Después de unos 10 o 15 minutos cogiéndome me la sacó, dejándome palpitando la vagina.
    
    aproveché que mí bebé ya estaba bien ...
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