1. ¿sobrino?


    Fecha: 16/06/2024, Categorías: Fetichismo Incesto Autor: escritore, Fuente: SexoSinTabues30

    ... estremezca y provocándome unas cosquillas en algunas partes de mí cuerpo.
    
    Saludo a los demás y nos sentamos en la parte de adelante, la iglesia estaba llena al máximo y había una gran cantidad de niños a bautizar, una vez que bautizamos al bebé y terminó la ceremonia, llegó la hora de las fotos, todos se aglomeraron para hacer las fotos en el altar y en lo que esperábamos nuestro turno alcancé a sentir el cuerpo de alguien que se acomodaba detrás de mí y se pegaba a mi espalda, un bulto caliente rozando mis nalgas, me estremecí, pero pensé que fue algo accidental, pronto me dí cuenta que no, ese bulto regresó y rozó mis nalgas por segunda ocasión, al principio eran tímidos roces, apoyando ligeramente su bulto casi imperceptible y lo retiraba, pero poco a poco agarró confianza y me apoyaba con más fuerza y lo volvía a retirar, empecé a sudar, y no por el calor, me aferré con más fuerza de mi marido, parado junto a mí y no se percataba de lo que un desconocido hacía con su esposa, cerré los ojos, me dejé llevar, estaba disfrutando de la apoyada y levanté más el culo, a fin de sentir mejor la verga apoyada en mis nalgas, realmente era un bulto muy grueso, alcanzaba a percibir el contorno y la cabeza de su verga, al ver que me estaba gustando el “jueguito” un dedo travieso se metió por debajo de mí vestido, recorrió mi entrepierna y rozó mi clítoris, sentí que se me aflojaron las piernas, apreté los dientes para no lanzar un gemido de placer y me aferré con más fuerza al brazo de mi marido, lo cual provoca que volteé y mire mi rostro, el cual estaba un poco rojo y sudoroso.
    
    – Estas bien?- preguntó
    
    – Si es sólo el calor, me siento un poco agobiada, pero nada grave- respondí.
    
    La fila fue avanzando poco a poco, siempre con ese bulto duro apoyado en mis carnosas nalgas, a cada paso que daba sentía el piquete, cada vez más duro, más firme, como una lanza buscando perforarme, esa verga apretada contra mi culo me estaba dando un placer insospechado y empecé a mover un poco el culo hacia atrás apretándome contra la verga del desconocido, que a su vez hacía fuerza hacia adelante y me restregaba su firme herramienta.
    
    De pronto escucho una voz muy baja en mi oreja que me resultó familiar.
    
    – ¿Te gusta, tía?
    
    Todo mi cuerpo se tensó, era la voz de Julián, mí sobrino, el que se había estaba deleitando con mi culo, me lamenté por haberme dejado llevar por mi alma de puta e intenté moverme y zafarme, me volteé abrazando a mi marido, escapando de la dura lanza que buscaba perforarme, la cual ahora se restregaba en mi cadera.
    
    La fila avanzó un paso y aproveché para situarme delante de mi marido, quien me abrazó y ahora fue su bulto el que se empezaba a poner duro, ¿será que el culpable era mi culo? debido a mí calentura presioné mis nalgas sobre el paquete de mí marido y él hacía lo mismo contra mis nalgas mientras yo tenía a mí bebé en brazos hasta que la fila siguió avanzando.
    
    Al fin llegó nuestro turno y tomando una servilleta sequé mi ...
«1234...8»