1. CAGADITA. (2) (A pedido).


    Fecha: 11/06/2024, Categorías: Fantasías Eróticas Gays Incesto Autor: GUILLEOS1, Fuente: SexoSinTabues30

    ... pero mi verga estaba a reventar. Con seguridad esperaría por si se le ocurría regresar por algo y luego vendría a mi habitación, pues, en hipótesis, yo aún estaba dormido. No sé cuantos minutos fueron, pero se me hicieron eternos hasta que la escuché golpear suavemente a mi puerta, le dije que pasara y lo que vi en el marco de la misma fue la mejor impresión de toda mi vida.
    
    Mi madre estaba parada allí con la puerta totalmente abierta y las piernas un tanto separadas, la cubría una especie de camisón transparente a medio muslo y una pequeña vedettina con lazos a sus costados que tapaba su sexo, las tetas erguidas parecían apuntarme y las areolas más oscuras daban marco a pezones excitados y duros. Se acercó despacio a mi cama y, como era de dos plazas, subió por el lado contrario.
    
    Destapó mi cuerpo, miró mi verga que parecía moverse encabritada y se lanzó sobre mi cuerpo a besarme comiéndome la boca, eso lo tenía más o menos claro y colaboré en el beso, es más, como mi boca era un poco más grande, pasé a besarla yo mientras nuestras lenguas batallaban y sus gemidos se hacían escuchar en todo el cuarto.“Me afeité toda para vos y quiero tragarme tu verga hasta la garganta”, -dijo poniéndose a la tarea, pero yo también quería mi parte e hice que girara el cuerpo,“si me lames y besas ahí me muero, nunca me lo hicieron”, -acotó lamiendo el tronco del ariete que pronto hurgaría en su interior-.
    
    “¿Cómo podía haber sido tan limitado mi viejo?”, su concha pelada tenía un aroma increíble y hundí mi boca y mi lengua en sus labios y su hueco. Noté sus toses y arcadas cuando pretendía pasar un poco más de la mitad de la verga por sus labios, pero pronto dejó de hacerlo, los temblores y contracciones parecieron atacarla y se olvidó de mi verga para gozar de un tremendo orgasmo que yo incentivaba lamiendo su botón y jugando con un dedo en su ano.
    
    Me dije a mí mismo que debía dedicarme por entero a su placer y desarmé el“69” para ponerla mirando el techo, sus piernas quedaron flexionadas y me mandé de cabeza a esa concha de labios entrecerrados, lo que siguió después fue un concierto de gemidos que trataba de ahogar, temblores continuos y sollozos derivados del placer cuando mi boca absorbía su clítoris más duro que un garbanzo.“Por favorMartín, por favor, no puedo más, cógela a tu mami-puta, te necesito”, -pidió con la voz un tanto suplicante-.
    
    No daba para hacerla esperar, repté besando su vientre y sus tetas hasta llegar a su boca, me prendí nuevamente allí y mi verga buscó naturalmente el conducto anegado ubicado entre sus piernas,“con calma mi vida, sos muy grande y no estoy acostumbrada”, -expresó en mi oído-. Me sonó como frase armada y comencé a penetrarla, parecía que su interior me absorbía y su calidez era distinta, además, aun sin conocer lo que era el interior del conducto vaginal de una mujer, sentí que sus paredes rugosas me oprimían el tronco. La sensación era espectacular, sus gemidos y notar cuando alzaba las caderas para una ...