Mario el corneador (cap.10) - Relatos Eróticos

Mario el corneador (cap.10)

... lo que ella quisiera”.

Al rato salió de nuevo al porche Sara, se sentó junto a Mario sonriente y le dio un beso saboreando sus labios.

- Esta bonito el jardín Sara, me gusta, bueno, es que me gusta mucho la naturaleza.

- Antes lo teníamos mejor, más arreglado, es pequeño pero coqueto y sobre todo podemos mantener la privacidad de miradas indiscretas, ya que me gusta tomar el sol desnuda, pero como ahora estamos en una mala racha pues esta algo más abandonado, pero también me da gusto ver como tú dices la naturaleza, a mi también me gusta.

- A que te refieres con una mala racha Sara, no te sigo.

- Alberto tenía un buen puesto de trabajo, estaba en una multinacional que ha reducido plantilla y él se ha quedado en la calle, está buscando trabajo pero es difícil y complicado, como entenderás el despido no ha sido lo cuantioso que debería y yo hace mucho que no encuentro trabajo, así que la situación ahora es fastidiada, hemos tenido que reducir gastos de todo.

- Entiendo, dijo Mario.

Bueno, no te preocupes, a veces la vida aprieta pero no ahoga, ya sabes, cuando las situaciones se ponen muy tensas es por algo y siempre, casi siempre, aparecen soluciones donde menos lo esperas.

De que trabajabas tú?, o de que buscas trabajo?, le pregunto Mario.

- Yo era encargada en una boutique de una buena marca en el centro pero lo que pasa, también cerraron tiendas y estuve trabajando en otra en un centro comercial pero aquello apenas duro unos meses, desde entonces nada, aunque he buscado trabajo de lo que sea, sin importar mi experiencia, pero no ha habido suerte.

- Ya veras como algo saldrá, tranquila.

Mario le decía estas palabras que a ella la reconfortaban mientras le acariciaba los pechos por encima del vestido que llevaba, sus pezones reaccionaron enseguida y se pusieron duros, ella dio un leve gemido y le besaba.

En ese momento apareció Alberto con las copas de vino para los dos y algo de picar.

- Hola Mario, como estas?, es un placer recibirte en casa, siéntete cómodo por favor, estábamos deseando que vinieras a visitarnos.

- Hola Alberto, gracias, todo perfecto, gracias, le decía Maria mientras seguía acariciando los pechos de Sara.

- Si necesitáis algo decírmelo, me voy a la cocina que no quiero que se me pase la comida.

- Que no se pase pero tampoco te des mucha prisa, creo que voy a follarme a Sara antes de comer.

Mario se quedó mirando a Sara y esta estaba muy satisfecha con la actitud de su marido.

- Si que lo tienes sometido Sara.

Me encanta veros disfrutar a vosotras cuando los domáis y os sentís poderosas, es entonces cuando más disfruto de follaros.

- Bueno, si te soy sincera del todo he empezado a disfrutar mucho de humillarlo y ridiculizarlo, de que sienta que quien tiene todo el poder soy yo, además he descubierto que a él le encanta y se excita, como cuando le pongo los cuernos, irremediablemente se excita.

Roció sí que le ha establecido a su marido una serie de normas y ...