Mario el corneador (cap.10) - Relatos Eróticos

Mario el corneador (cap.10)

... protocolos a seguir, pero es que eso a mí no me va mucho, aunque supongo será cuestión de tiempo y no lo descarto, ya que de vez en cuando Alberto me ponga de los nervios y se me escape la mano, cosa por cierto que también le excita.

Es increíble lo que una acaba descubriendo de su marido, del hombre con quien comparte su vida y de quien cree saberlo todo o casi todo.

- Si que es curioso, imagino que todo eso que me dices que ahora le excita no tenías ni idea de que le gustaba.

- Ni eso, ni que yo lo follara con mi arnés.

- Bueno, creo que es más que curioso.

Mario la cogió y la beso con verdadera lujuria, su lengua entro en la boca de ella y empezó a hurgar en ella haciendo que aunque ya estaba muy excitada ahora lo estuviese mucho más, la mano de Mario se metió bajo la falda y pudo comprobar que el tanga de Sara estaba totalmente empapado, ella sonreía.

- Es que me tienes muy loca Mario, además de muy excitada.

Ella le sobaba la polla por encima del pantalón y Mario volvía a besarla y acariciarle el pecho sin dejar de tocar su coño por encima del tanga.

- Déjame que te desnude cariño, le dijo ella empezando a desabrochar la camisa de su amante, dejando su torso al desnudo y quitándosela.

Fue dejando la ropa en un sillón y se puso a quitarle los pantalones que también dejo en un sillón, su polla salió como un resorte y ella no pudo evitar el bajar su boca y besarla para después chuparla y metérsela entera en su boca, empezando a realizarle a Mario una mamada increíble.

Sara tenía muchas ganas de saborear con tranquilidad aquella polla y no pudo remediar el disfrutar de tenerla en la boca, para ella sola y de lamerla milímetro a milímetro para hacer gozar a su macho.

- Tenía muchas ganas de comértela Mario y de disfrutarte.

- Es toda para ti Sara.

Ella seguía chupándosela y él le tocaba el culo y el pecho por encima del vestido.

- Quítate el vestido cielo, quiero disfrutarte yo también, le dijo Mario.

Ella se sacó la polla de su boca y se quitó el vestido, cuando iba a quitarse el sujetador, él le dijo que no, le cogió la mano para que no lo hiciese.

- Déjatelo, me gusta ese sujetador de media copa que hace que tus hermosos pechos quieran salirse enseguida, es morboso, también déjate el tanga, cuando quiera follarte solo lo moveré el hilo y por supuesto no te quites las sandalias de tacón, estas muy erótica y sugerente así Sara, me gusta así, que te luzcas para mí.

- Yo solo quiero gustarte Mario, como tú me digas que más te gusto, así iré, eso me hace sentir bien, eso de ser sexy y deseable para ti me encanta.

- Pues hazme caso y estarás deseable para mí.

- Lo malo es que sujetadores y tangas de este tipo apenas tengo, hay cosas que he tenido que ir restringiendo, ya sabes.

- No te preocupes, yo te solucionare, si quieres gustarme me harás caso y te pondrás como a mí me gusta, como yo quiera y tendrás todo lo que necesites.

Por ejemplo, no me gusta que no vayas rasurada por completo, ...