Mario el corneador (cap.10) - Relatos Eróticos

Mario el corneador (cap.10)

... Estate atenta y no hagas nada que no te ordene, desnúdate, quiero que tus tetas estén libres para sobarlas.

- Claro mi Amo.

Paqui se desnudó de nuevo y siguió con el masaje, Mario le pellizcaba los pezones y se los estiraba con fuerza, ella hacia un pequeño gesto de dolor pero era más de placer.

- Antes he visto que mientras te abofeteaba estabas rezumando flujo por tu coño.

- Si mi Amo, no he podido evitarlo, ha sido por su forma de darme bofetones y hostias, me ha dado mucho gusto mi Señor y no he podido remediarlo.

- Ya sabes que debes pedir permiso, verdad perra?

- Si mi Amo, lo se.

- Y ahora, le pregunto Mario mientras le retorcía los pezones.

- Ahora me tiene usted muy excitada mi Amo, estoy muy caliente y es que le deseo mucho mi Señor.

Entonces Mario se sentó en la camilla, frente a ella y le dio un par de hostias, ella las aguanto bien, después le dio otra dos y otras dos más, ella tenía cara de placer, el rostro muy enrojecido pero feliz.

Mario le cogió los pechos y estirando de los pezones los azotaba con fuerza, ella gemía y en un momento ya no pudo aguantar más.

- Le ruego su permiso para correrme mi Amo, no puedo aguantar más.

Mario le dio una hostia más.

- Dime, que prefieres, correrte ahora mismo o comerme la polla, perra?

- Por supuesto que comerle la polla mi Amo.

- Bien, pero ya sabes que no podrás correrte.

- No sé si mi cuerpo me hará caso mi Amo.

- Cómemela y si te corres lo pagaras caro.

Paqui agacho su cabeza y se metió aquella polla que tanto deseaba en su boca, acariciaba la pelotas de su Amo y le chupaba la polla como si de un helado se tratara, la había deseado mucho y ahora la tenía en su boca, no quería soltarla y quería que su boca fuese la que más placer le diera para que así su Amo quisiera usarla siempre a ella que gemía más y más fuerte cada vez comiéndose esa polla y en un momento no pudo aguantar más y exploto en un orgasmo brutal, el flujo caía por sus muslos y ella tragaba la polla hasta el fondo deseando exprimirla y que su Amo acabara en su boca.

- Es suficiente perra, sácatela de la boca, te has corrido y debes parar.

Ella con cara de niña que le acaban de quitar su caramelo se sacó la polla de la boca y se quedó desconsolada, él le dio un bofetón más.

- Por favor mi Amo, córrase en mi boca, por favor, se lo suplico, se lo ruego.

- Es el precio que debes pagar por no obedecerme.

Entonces se dio la vuelta y le dijo.

- Cómeme el culo, dame placer ahí.

Ella metió su lengua y empezó a comerle el culo a su Amo, lo hacía realmente bien, lo besaba, lamia y metía su lengua todo lo que podía, aún estaba excitada y aún tenía muchos deseos de complacer a su Dueño.

Mario cuando ya se había sentido servido se incorporó de nuevo.

- Es suficiente perra, tienes una buena lengua, será usada a menudo en esta casa.

Dile a Maria que tu debes llevar siempre sujetador de media copa, aunque se te salga el pecho, pero me gusta ese tipo de ...